CRÍTICA: “Kung Fu Panda 4”
¿Las cuartas partes nunca fueron buenas?
Si hay una saga de animación que ha logrado cautivar tanto a jóvenes como a adultos, ésa es Kung Fu Panda. La historia de Po, un panda torpe y soñador que se convierte en el Guerrero del Dragón y defensor del Valle de la Paz, ha hecho que el público se encariñe con la historia del protagonista. Su primera película se estrenó en el año 2008 y hasta la fecha la saga está compuesta por cuatro entregas, tres series y varios mediometrajes. Desde hace más de quince años, la historia de este personaje sigue siendo relevante y divertida. La pregunta aquí es: ¿mantendrá esta cuarta entrega el mismo nivel?
En Kung Fu Panda 4, Po debe convertirse en el Maestro Espiritual del Valle de la Paz, por lo que tendrá que buscar a un sucesor para ser el que se convierta en el nuevo Guerrero del Dragón. Todo ello mientras lucha contra una nueva enemiga llamada “La Camaleona”, que ha robado los poderes de antiguos enemigos y planea usar su fuerza para el mal. Así pues, Po y su nueva compañera, Zhen, deberán emprender un viaje para detener esta nueva amenaza.
Si hay algo que destacar de las películas anteriores de la saga es que todas aportan algo importante a la construcción de esta historia. Por eso, el primer gran problema de Kung Fu Panda 4 es ser una película intrascendente, n la que se percibe una falta de ambición por contar algo interesante. Esto se refleja especialmente en la villana, “La Camaleona”, que se presenta como la gran nueva amenaza del Valle de la Paz pero que no está a la altura de lo que propone, ya que acaba convirtiéndose en un mero recurso para traer de vuelta a los viejos enemigos de la saga. Lo mismo ocurre con el resto de personajes; ninguno evoluciona ni realiza acciones verdaderamente necesarias. De hecho, el único personaje destacable es Zhen, nuevo en la saga y con quien el público puede empatizar y conectar más, además de hacer un gran dúo protagónico con Po.
Un dúo protagónico que, sin duda, es lo mejor que ofrece la película. Desde su primer combate, se siente esa conexión entre ambos y la química que poseen, por lo que ver toda esa construcción durante la película es no solo divertido, sino también muy acogedor. Una lástima que, a medida que avanza la historia, todo se vuelve más predecible y cliché, convirtiendo así a la película en un viaje ya visto antes y sin nada nuevo que aportar.
A pesar de todo esto, Kung Fu Panda 4 sigue siendo una película tremendamente disfrutable y perfecta para ver en familia. Con una gran animación y momentos realmente divertidos, ya sea la pelea en el bar o el dúo carismático formado por los dos padres de Po, volver de nuevo al Valle de la Paz y, sobre todo, reencontrarnos con el Guerrero Dragón siempre será algo fantástico. Sin embargo, esta cuarta entrega no deja de ser irrelevante y superficial en comparación con las demás entregas de la saga.
Como conclusión, Kung Fu Panda 4 funciona como entretenimiento, pero falla en su intento de construir y avanzar la historia. Está tan empeñada en revivir la saga para tener un nuevo comienzo que ignora todo lo que hizo grandes a estas películas, convirtiéndose así en su mayor enemigo.
NOTA: ★★½
“KUNG FU PANDA 4″, YA EN CINES.
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