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CRÍTICA (72SSIFF): “Hard Truths” (“Mi Única Familia”)

Una extraordinaria Marianne Jean-Baptiste encabeza esta antítesis de ‘Happy-Go-Lucky’.

© SSIFF

En 2008, el reconocido cineasta británico Mike Leigh estrenaba Happy-Go-Lucky, una película protagonizada por Sally Hawkins (La forma del agua) como Poppy, una alegre y optimista maestra de un colegio del norte de Londres cuyo exceso de optimismo al más puro estilo «Mr Wonderful» suele exasperar a quienes la rodean. Un personaje, el de Poppy, que no podría ser más opuesto a la protagonista de la nueva película del británico, Hard Truths, siendo la única similitud entre ambas la de que sus nombres aluden a flores: en inglés, Poppy es la amapola y Pansy, la viola.

Y es que, en Hard Truths, la vida para Pansy no es un campo de flores, sino una agotadora lucha diaria. Su forma de relacionarse con el mundo se basa en la ira y la confrontación: discute con su familia, con su dentista, con su médico, con la cajera del supermercado, en fin, con todo el mundo. Desde hace tiempo, su marido Curtley no sabe cómo lidiar con ella, y Moses, su hijo, vive inmerso en su propio mundo, sin apenas decir palabra y limitándose a pasear sin rumbo por la ciudad. Solo su cariñosa hermana Chantelle parece comprenderla y estar dispuesta a ayudarla.

© SSIFF

Hard Truths es una película en la que Leigh no tarda en dibujar a las mil maravillas el personaje de Pansy con su efusividad verbal en sus muchas quejas, que en un principio resultan desternillantes. Solo en los primeros quince minutos de película ya se ha quejado de por qué la ropa de los bebés tiene bolsillos y para qué los necesitan, de por qué los perros llevan ropa de abrigo si tienen pelaje, de las sonrisas forzadas de los voluntarios de ONGs en los supermercados, del cuello de una chica a la que compara con un avestruz, y un largo etcétera de cosas.

Y decía que en un principio, porque lo que arranca las carcajadas del público enseguida se convierte en un doloroso espejo de una vida atrapada en la rabia y la desolación que enmascara la depresión de Pansy. Poco a poco, sus torrentes verbales se van reduciendo a diálogos cada vez más breves y lánguidos, hasta hacer del silencio la mejor representación de su sufrimiento. Todo esto resulta más palpable durante una memorable escena en la que su hermana Chantelle le pregunta: «¿Por qué estás siempre tan enfadada? ¿Por qué no puedes disfrutar de la vida?», a lo que Pansy responde con un simple «no lo sé».

 

© SSIFF

Así, la película, de apenas 97 minutos de metraje, presenta un cuidadísimo estudio de personaje, que se sustenta en la poderosa interpretación de Marianne Jean-Baptiste, actriz que ya había colaborado con Mike Leigh en Secretos y mentiras (1996). En esta ocasión, Jean-Baptiste brinda una actuación llena de matices y muy compleja, que nos hace pasar de ver a su personaje como algo divertidísimo a detestarlo para terminar sintiendo una profunda empatía por ella y su dolor. Una actuación que, junto con el guion de Leigh, conforma lo mejor de una película que no es más que un desgarrador retrato de la depresión y la falta de comunicación familiar mediante la historia de una familia negra de clase obrera.  

Por todo ello, resulta sorprendente que festivales como Cannes, Venecia o Telluride hayan rechazado el filme. Tras su estreno mundial en Toronto, Hard Truths compitió en el Festival de San Sebastián, donde se fue de vacío y echándose en falta un reconocimiento para Jean-Baptiste. Tal vez el motivo de su exclusión en los grandes festivales sea su deficiente apartado técnico, que presenta un estilo visual muy cercano al de una producción televisiva de la BBC con una fotografía, banda sonora o puesta en escena muy mejorables.

© SSIFF

En definitiva, la Hard Truths de Leigh podría concebirse como un Happy-Go-Lucky a la inversa, donde una Marianne Jean-Baptiste hace florecer lo mejor de su talento.

NOTA: ★★★½

“HARD TRUTHS”, ESTRENO PRÓXIMAMENTE EN CINES.


TRÁILER:

PÓSTER:

Poster de la película Hard Truths
© SSIFF

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Marta Medina

Marta Medina

Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad de Sevilla (US) y con un nivel C2 de inglés. Fundadora de mundoCine con diferentes roles como crítica, redactora y gestora de redes sociales. Amante del cine y seguidora de la temporada de premios y festivales de cine.