Crítica de ‘Father Mother Sister Brother’: El peso de las ausencias.

Tras alzarse con el León de Oro en el Festival de Venecia, Father Mother Sister Brother, la última película de Jim Jarmusch (Paterson), continúa su recorrido por las salas de cine y llega mañana, 24 de diciembre, a las pantallas españolas.
En ella, Jarmusch construye una pieza antológica en torno a tres reuniones familiares (tituladas Father, Mother y Sister Brother), cada una en un país diferente (Estados Unidos, Irlanda y Francia, respectivamente), y lo que estas suponen para ocho personajes de distintas escalas sociales. Estas visitas están marcadas por la ausencia de uno de los miembros de la unidad familiar, siendo la madre en el caso de la primera y el padre en la segunda, mientras que ambos dos progenitores están ausentes en el último relato.

La cinta está plagada de personajes memorables gracias a la conjunción del guion y las actuaciones de sus actores, una unión que hace una radiografía perfecta de unas personascon las que compartimos apenas cuarenta minutos. A pesar de construir a los ocho personajes con el aparente mismo cuidado, no podemos decir lo mismo de las historias, ya que, como es inevitable en una antología, una despunta por encima del resto.
Jarmusch parece consciente de esto y escribe las dos primeras historias como comedias incómodas, mientras que la tercera se sitúa como el centro temático y emocional de la cinta, dejando las risas de lado. No por ello estas historias iniciales son menores, ya que la ligereza de ambas allana el terreno para la tercera, la cual se destaca sobre las dos primeras al ser el centro temático y emocional del filme.

Hablamos de ligereza en los dos primeros tercios, ya que Jarmusch plantea viñetas reconocibles de la vida adulta (la visita a casa de tu padre que necesita que le prestes dinero, el encuentro con tu hermana que exagera todo los aspectos de su vida para no defraudar a tu madre, etc.) en lugar de plantear historias de peso. Esta es una decisión inteligente, ya que plantear tres clímax emocionales podría hacer que el resto del metraje se hiciera pesado si el espectador se sintiera satisfecho con el clímax de la primera parte del tríptico, menoscabando así las virtudes del resto de las partes. En su lugar, convierte a la parte final en el clímax total de la cinta, pues cuenta con una idea controladora muy potente que guía el relato: el duelo de dos mellizos, interpretados por Indya Moore (Sandman) y Luka Sabbat (Los muertos no mueren), por la muerte accidentada de sus padres.

Dicho esto, a pesar de lo bien construido que está el guion, encontramos errores impensables en un cineasta de la trayectoria de Jarmusch. Hablamos del primer diálogo de la cinta, que es criminalmente expositivo, en el que dos hermanos se cuentan cosas que ya saben para que el espectador sea consciente de ellas y que, cuando lleguen a casa de su padre, nos encontremos en el mismo punto que ellos.

Esta decisión choca con otras medidas tomadas por el director estadounidense de 72 años, como el uso del vestuario, diseñado por Catherine George (Mickey 17), para contarle al espectador cómo se relacionan los personajes con su familia. En la primera historia, Father, el personaje de Mayim Bialik (The Big Bang Theory) se quita un abrigo rojo, mientras que el de Adam Driver (Megalópolis) revela un jersey de ese mismo color que también comparte con la sudadera de su padre, mostrando así cómo este está más unido a su progenitor que ella, quien por detalle de diálogo ya ha explicitado esta distancia. Algo que también podemos notar en el personaje de Cate Blanchett (Confidencial), la cual lleva el mismo color rojo que su madre y su hermana sobresaliendo de una camisa azul que se ha puesto por encima.
Igual que ocurre con el vestuario, que se repite y establece rimas entre las historias, toda la película está repleta de rimas, algunas evidentes, como la aparición de los skaters o la repetición de frases, y otras más sutiles, como los planos cenitales que revelan los hábitos de los personajes a la hora de tomar algo con sus familiares.

En definitiva, Father Mother Sister Brother es una película que merece compartir sus ciento once minutos juntos a sus personajes incómodos y entrañables en sus primeras partes para culminar con un golpe emocional construido a fuego lento, entre risas a destiempo, silencios inconvenientes y vasos de agua.
NOTA: ★★★★☆
«FATHER MOTHER SISTER BROTHER», ESTRENO MAÑANA EN CINES.
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