CRÍTICA: “Barbie”
De pies planos a mensajes planos.
La Barbie de Greta Gerwig ha sido todo un fenómeno social que ha revolucionado las salas de cine como nunca antes, con espectadores incluso acudiendo a las proyecciones vestidos de rosa. Pero esto no es todo: con el estreno simultáneo de Barbie y la Oppenheimer de Christopher Nolan, surgió el llamado Barbenheimer. Ese mundo rosa versus la oscura historia detrás del nacimiento de la bomba atómica ha pasado a ser un meme en redes sociales capaz de atraer a los espectadores a ver ambas películas, incluso a aquellos que jamás se hubieran imaginado ver una película de la famosa muñeca en la gran pantalla.
Barbie nos presenta a, quien si no, Barbie (Margot Robbie) viviendo una vida perfecta en Barbieland, donde todo es música, color y felicidad. Todo esto cambia cuando comienza a hacerse preguntas incómodas que no encajan con ese mundo idílico y se ve obligada a viajar al mundo real para encontrar respuestas a sus problemas.
Los últimos trabajos de la directora, Lady Bird y Mujercitas, ambos nominados al Oscar, demostraron la capacidad de Gerwig para abordar temas complejos y punzantes, llegando a conectar con la audiencia de forma auténtica. Y, si bien Barbie ha conseguido conquistar a gran parte del público, no lo logra en mi caso, al contrario que en sus anteriores filmes. Y eso que el tráiler prometía una película con altas dosis de diversión y humor, pero gran parte de las escenas cómicas ya se habían mostrado en ese mismo tráiler, como es el caso de la escena de los pies planos o incluso la canción I’m Just Ken, interpretada a la perfección por un Ryan Gosling (Drive, El diario de Noa) que se lo pasa pipa como Ken.
A pesar de que la película de Gerwig destaca por su valiente enfoque de las cuestiones de género, la ejecución de su mensaje puede resultar algo forzada y reiterativa. Y es que, no hay rastro de la delicada mano de Gerwig – como aquel suave y emotivo monólogo de Saoirse Ronan en Mujercitas con ese «pero… me siento tan sola» que tan bien resuena – en el guion coescrito junto a su marido Noah Baumbach (Historia de un matrimonio). Un guion cómodo, demasiado cómodo, y muy artificioso.
Y, en cuanto al elenco, repleto de caras conocidísimas, Margot Robbie (Yo, Tonya) aporta un carisma indudable como Barbie, pero son verdaderamente Ryan Gosling y Michael Cera (Scott Pilgrim contra el mundo) – algo bastante irónico en una película bastante feminista –, quienes destacan con sus interpretaciones cómicas, a pesar de que este último tiene pocas líneas de diálogo.
En el aspecto técnico, el diseño de producción a cargo de Sarah Greenwood (Anna Karenina) y el diseño de vestuario a manos de Jacqueline Durran (The Batman) consiguen sumergir al espectador en ese mundo rosa que rinde todo un homenaje a la icónica estética de Barbie. Una atención al detalle en el aspecto técnico de la película – y que contrasta radicalmente con ese poco cuidado en su narrativa – que contribuye a la experiencia cinematográfica, haciendo que el público se sienta inmerso en el mundo mágico y rosa (muy rosa) de Barbie.
En definitiva, aunque la película Barbie, de Greta Gerwig, ha sido todo un éxito en taquilla, la falta de sorpresa, así como una ejecución demasiado forzada del mensaje feminista, afectan a la experiencia general con la película. A pesar de ello, es gratificante ver las salas llenas de espectadores. Come on Barbie, let’s go party!
NOTA: ★★☆☆☆
“BARBIE”, YA EN CINES.
TRÁILER:
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