CRÍTICA (20SEFF): “The Beast”
Tres épocas, un destino: un viaje poético entre el amor y el miedo.
La Inteligencia Artificial está últimamente en boca de todos y está siendo el hilo conductor de muchas películas este año; desde el horror cómico de “M3gan”, pasando por la nueva entrega de la saga de acción “Misión Imposible” o la película de ciencia ficción “The Creator”. Sin embargo, ahora nos sumergimos en un territorio de la Inteligencia Artificial algo más inexplorado con la nueva película del director Bertrand Bonello, “The Beast”, una película melodramática y distópica de ciencia ficción que toma como fuente de inspiración la novela de Henry James de 1903, “The Beast in the Jungle”, sobre un hombre que teme que se produzca una catástrofe en el futuro, y que se convierte así en una profecía autocumplida.
La película “The Beast” se desarrolla en un futuro no muy lejano donde la inteligencia artificial gobierna el mundo y ve las emociones humanas como una amenaza. Gabrielle (Léa Seydoux) decide someterse a un proceso de purificación de ADN que la llevará a revivir sus vidas pasadas, eliminando así cualquier sentimiento fuerte, sumergiéndose así, en un viaje que se desarrolla a lo largo de tres períodos distintos: 1910, 2014 y 2044. Un viaje en el que siempre está presente Louis, (George Mackay), un hombre que le evoca complicados sentimientos de amor que pronto descubrirá que tienen graves consecuencias.
En un año en el que Celine Song hace su debut con la película “Past Lives”, que alude al concepto budista de “in-yun”, un término relacionado con la reencarnación y la creencia de que las interacciones entre dos personas en esta vida están intrínsecamente vinculadas a encuentros pasados, podría decirse que “The Beast” es esa exploración de las vidas pasadas de dos personajes, Gabrielle y Louis, que están destinados a encontrarse. Unas vidas pasadas que se presentan a lo largo de la película de forma no lineal y fragmentaria, con un montaje tan confuso como enigmático.
Una exploración de las vidas de los protagonistas en tres épocas diferentes. Un 1910 donde Gabrielle, una talentosa pianista, está casada y se reencuentra con Louis, con quien tiene una tensión no resuelta. Un 2014 donde Gabrielle es una modelo y aspirante actriz que vive en Los Ángeles y, como si de un slasher se tratara, las vidas de Gabrielle y Louis se encuentran, con un Louis muy distinto al de la anterior época y con una mentalidad incel, inspirado por el manifiesto real del asesino Elliot Rodger. Y, finalmente, un 2044 donde la Inteligencia Artificial domina el mundo con las emociones siendo vistas como amenaza y Gabrielle busca el borrado emocional en una clínica, coincidiendo casualmente con el Louis de esta época.
Una película, que a pesar de abarcar tres épocas muy distintas entre sí y que parecen independientes, se entremezclan para formar una única historia, con elementos recurrentes en las tres épocas, como las muñecas, la vidente, las palomas, la canción “Evergreen” de Roy Orbison o la ópera “Madame Butterfly”. Destaca sobre todo el simbolismo de las muñecas, un elemento que bien refleja el proceso de depuración de las emociones al que se somete Gabrielle que, tal y como dice ella misma en el año 1910, las muñecas tienen una expresión inexpresiva.
Una película que se sustenta en la actuación de su dúo protagonista, Léa Seydoux y George Mackay. Seydoux tiene una de sus mejores interpretaciones de toda su carrera y Mackay sorprende y tiene el difícil papel de interpretar a tres personajes muy diferentes en cada época: un elegante hombre en 1910, un sociópata aterrador en 2014 (irreconocible y brillantemente interpretado) y un chico inocente en 2044.
A grandes rasgos, “The Beast” podría bien ser un episodio largo de la serie “Black Mirror”, con una trama difusa, ambigua e imprecisa. También, con influencias evidentes de la película “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”, con un borrado de memoria que en este caso se convierte en un borrado de emociones.
Una película que gira en torno los pensamientos de Gabrielle en 1910 agobiada por la sensación de que “una bestia acecha en las sombras”. Esta bestia, a la que se hace referencia a lo largo del metraje, que, deja al espectador con más preguntas que respuestas, indagando y pensado cuál es esa bestia, y una película que culmina en un impactante final.
En conclusión, “The Beast” es una película muy ambigua que dividirá y no gustará a todos. Rechazada en Cannes pero exhibida en otros grandes festivales como Venecia, Toronto o Nueva York, y que ahora aterriza en el Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF), “The Beast” es un filme que muchos encontrarán aburrido y con falta de claridad. Pero, la película es un vistazo a un futuro no muy lejano muy interesante, con unos actores que sobresalen en sus papeles y una perspectiva sobre el destino y el amor que roza lo catastrófico. Una esencia que queda resumida de manera poética en la recurrente canción “Evergreen” de Roy Orbinson (“When it’s evergreen, evergreen / It will last through the summer and winter too”), que sugiere una persistencia del amor a través de las estaciones, en este caso, a través de vidas pasadas.
NOTA: ★★★½
“THE BEAST” SE ESTRENA EN CINES EL 5 DE ABRIL.
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