CRÍTICA (20SEFF): “Club Zero”
Conceptos atrayentes pero desaprovechados.
El cine sobre sectas ha sido un tema pocas veces tratado en la industria cinematográfica. Eso no significa que no haya grandes ejemplos sobre este concepto; películas como “The Wicker Man”, “The Master” o “The Sacrament” son grandes películas que hablan sobre sectas y sobre cómo se construyen estas mismas. En esta ocasión es la directora Jessica Hausner (“Little Joe”, “Amour Fou”) quien nos ofrece una visión personal de las sectas al más puro estilo de Yorgos Lanthimos.
La película narra la historia de Miss Novak, una maestra que se une al equipo de una escuela de élite para dar clases de nutrición a jóvenes estudiantes, enfocándose en la idea de que comer menos es saludable. En poco tiempo, la maestra establece un estrecho vínculo con cinco de sus alumnos, sin que el resto de profesores se percate de lo que sucede, hasta que todo da un inesperado giro muy peligroso.
El arranque de la película es de los más seductor; ver a un grupo de jóvenes siguiendo ciegamente las indicaciones de una profesora sobre nutrición y cómo deben tratar la comida es algo nuevo y original, en especial en lo que respecta al desorden alimenticio. En este sentido, la película aborda temas nuevos para explorar, pero no a todos se les da la importancia que se merecen. El tratamiento alimenticio de los cinco jóvenes así como la progresiva intensificación de sus comportamientos extremos y sus consecuencias están muy bien tratados. Además, usan un gran recurso, el de mostrarnos a las familias de los jóvenes que permite poder empatizar con los padres y madres que están viendo a sus hijos consumirse poco a poco, agregando un toque muy humano y personal que hace que el espectador conecte con los personajes.
Al margen de todo esto, los problemas comienzan cuando hay potencial desaprovechado en la película. El personaje de la señorita Novak, interpretado por la actriz Mia Wasikowska (“Alicia en el país de las maravillas”, “La cumbre escarlata”), es sin duda la que más sufre en este sentido; es la persona que inicia todo esto y casi no llegamos a conocerla y es que cuanto más pasa el tiempo, más queremos saber sobre ella y sus motivaciones, pero nunca lo exploran del todo, resultando en un personaje plano y mal explorado. Además, la idea de lo que es “Club Zero” no se explora absolutamente nada en la película, cuando posiblemente es lo más importante.
En cuanto al ritmo, es lento y en ocasiones algo repetitivo, mayormente en su segundo acto, donde vemos cómo se va construyendo todo y cómo los personajes se van consumiendo. Toda esa fuerza dramática y tensión que se ha creado anteriormente desaparece para después volver en su parte final, de esta forma, creando una sensación de montaña rusa donde no dejas de entrar y salir todo el rato de la película.
Respecto al apartado técnico, consigue destacar y ser visualmente llamativa, con una fotografía y unos colores muy sutiles, demostrando una gran dirección artística al más puro estilo de Wes Anderson. Esto crea un sentimiento de incomodidad y más fuerza a lo que quieren transmitir, acompañado de una banda sonora igual de incómoda y componiendo una experiencia cuanto menos extraña que te hará reflexionar sobre diversos temas. Unos temas que se han visto pocas veces antes, algunos desaprovechados, pero en general la película juega bien sus cartas.
Como conclusión, “Club Zero” no deja de ser una propuesta arriesgada y peculiar, ofreciendo una nueva visión sobre las sectas interesante con unos buenos personajes y una parte dramática muy bien tratada pero desaprovechada en varios aspectos e ideas.
NOTA: ★★★☆☆
“CLUB ZERO”, PRÓXIMAMENTE EN CINES.
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