CRÍTICA (20SEFF): “El Último Verano”
Un remake innecesario.
Los remakes siempre han sido un asunto delicado en la historia del cine; para muchos son completamente innecesarios y para otros resulta interesante ver como adaptan de nuevo historias ya contadas antes. Pero, sin duda, la importancia de los remakes reside en contar algo distinto y ver lo nuevo que tienen que ofrecer. En esta ocasión, la directora Catherine Breillat (“Abus de faiblesse”, “Barbe Bleue”, “Anatomie de l’enfer”) decide hacer su propia versión de la película danesa “Reina de corazones” (“Dronningen”).
“El último verano” cuenta la historia de Anne, una brillante abogada que vive en perfecta armonía con su marido Pierre y sus hijas de seis y ocho años, en una casa en las alturas de París. Un día, Theo, de 17 años, hijo de un matrimonio anterior de Pierre, se muda con ellos. Entonces Anne se siente atraída por Theo y poco a poco inicia una apasionada relación con él, poniendo en peligro su carrera y su vida familiar.
Esta película cuenta una historia cuanto menos poderosa; una familia que en cualquier momento puede destruirse si descubren el secreto que esconden Anne y Theo. En este sentido, “El Último Verano” tiene cosas buenas que ofrecer, comenzando por las escenas más íntimas, siendo bastante reales y cercanas, y la manera en la que la directora decide contar esos momentos mediante primerísimos primeros planos para adentrarnos más en ese sentimiento de cercanía. De esta forma, ver cómo se va construyendo la relación de Anne y Theo hace que el público pueda conectar con los personajes y empatizar con ellos, demostrando que como thriller erótico no funciona pero como drama familiar sí.
En cuanto al apartado técnico, la cinta tiene una fotografía y estilo muy parecido a películas como “Call Me by Your Name” y “Verano del 85”, evocando ese sentimiento más veraniego, el descubrimiento del amor y las consecuencias de sus actos, un tema muy interesante que en esta ocasión no está bien tratado, con un final que hace que todo lo anterior no haya valido de nada.
Ahora bien, retomando el asunto de los remakes, el mayor problema de la película es que no aporta nada nuevo en cuanto a la original, transmitiendo lo mismo y solo cambiando algunos detalles que no son para nada importantes. Por esta razón, pierde muchas oportunidades ya que hay algunos temas que podrían haberse desarrollado, por ejemplo, el personaje de Theo, que es claramente una persona inestable y con problemas mentales, un tema que no exploran durante la película. Pero sin duda, lo peor de la película es su tercer acto que va sin rumbo y cuesta abajo ya que no sabe qué más contar y decide simplemente hacer que los personajes cambien de personalidad hasta llegar al mismo punto de partida.
Como conclusión, “El último verano” es una película que no transmite lo más mínimo. Es una película que intenta ser un thriller erótico y se queda a medio camino del drama familiar, con personajes poco trabajados y siendo un remake innecesario a más no poder.
NOTA: ★★☆☆☆
“EL ÚLTIMO VERANO”, PROXIMAMENTE EN CINES.
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