CRÍTICA (72SSIFF): “Modi – Three Days on the Wing of Madness”
Un caótico lienzo sobre el artista y escultor Amedeo Modigliani que no termina de cuadrar.
Amedeo Modigliani (1884-1920), hoy día considerado como un influyente pintor y escultor italiano, no fue reconocido hasta después de su muerte, y es precisamente su turbulenta vida la que marca el regreso de Johnny Depp (Piratas del Caribe) a la dirección, más de 25 años después de su debut con The Brave, y lo hace con un estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Fuera de competición, eso sí.
Modi – Three Days on the Wing of Madness se ambienta en el París devastado por la guerra de 1916 y nos sumerge en 72 horas en la vida de Modigliani (Riccardo Scamarcio), conocido simplemente como «Modi» por sus amigos. En plena huida de la policía, el artista se ve envuelto en una serie de acontecimientos caóticos hasta el punto de plantearse si debe abandonar su carrera y la ciudad. A su lado, sus compañeros Maurice Utrillo (Bruno Gouery), Chaim Soutine (Ryan McParland) y su musa Beatrice Hastings (Antonia Desplat) intentan guiarlo, mientras que su amigo y marchante de arte, Leopold Zborowski (Stephen Graham), le anuncia que un coleccionista estadounidense, Maurice Gangnat (Al Pacino), está interesado en sus obras y podría cambiarle la vida.
Desde la primera escena – una persecución que evoca inevitablemente al Jack Sparrow de Depp, con Modi y una baguette como arma mientras escapa de una cafetería rompiendo la vidriera –, el filme deja bien clara su intención de mezclar diferentes estilos. Esta secuencia, con toques de slapstick y un evidente homenaje al cine mudo de Chaplin, y que para hacerlo recurre de forma abrupta al blanco y negro y las aceleraciones, marcan el inicio de un caos estilístico que se prolonga a lo largo de toda la película. Y no solo eso. Demasiados géneros – comedia, drama o romance – se entrelazan sin la cohesión adecuada, lo que resulta en una obra desdibujada. Y es que, como nos decía el propio Depp en la rueda de prensa, en la dirección, «como en las matemáticas, todo tiene que coincidir y correlacionarse con esto y con aquello». Algo que, por desgracia, no ocurre en esta película.
Una película, basada en la obra de teatro Modigliani, de Dennis McIntyre, que no pretende ser un biopic en el sentido estricto. De hecho, Riccardo Scamarcio, quien interpreta al protagonista de la película, califica a Modi – Three Days on the Wing of Madness como un «antibiopic». Y el actor tiene toda la razón, ya que aquí Depp se distancia de la biografía del artista para ofrecer una versión más libre y mucho más abstracta.
A través de esta película, Depp pretende trazar un retrato polifacético de un Modigliani incomprendido, encarnado por un magnético y carismático Riccardo Scamarcio (John Wick: Pacto de sangre), inmerso en la constante lucha contra el rechazo que sufre como artista incomprendido. Y es que, más allá de mostrar un París sumido en la guerra, algo que no se explora debidamente, Depp sitúa el verdadero campo de batalla en la torturada mente de Modi. Y quizás si se hubiera centrado únicamente en dicho conflicto, la película habría ganado en profundidad y coherencia y el resultado habría sido muy diferente de lo que ha acabado siendo.
Un filme sostenido, en gran medida, gracias a su entregado reparto, una destacada fotografía por parte de Nicola Pecorini (El imaginario del Doctor Parnassus) y Dariusz Wolski (Fly Me to the Moon) y una evocadora música compuesta por Sacha Puttnam (Viaje al paraíso), además de una banda sonora que, si bien no es del todo acorde con la época en la que se ambienta la película, incluye temas memorables que reflejan el gusto musical de Depp, como Tom Trauber’s Blues de Tom Waits y unos créditos finales a ritmo de Cathedrals de Jump, Little Children que concluyen la película con una emotiva dedicatoria a Jeff Beck, amigo del director y actor con quien colaboró en un álbum y realizó varios conciertos, fallecido en 2023.
En definitiva, Modi – Three Days on the Wing of Madness, la esperada vuelta de Johnny Depp detrás de las cámaras, es un caótico lienzo que, aunque pretende capturar la esencia del artista incomprendido, se pierde en su propio exceso de estilos y géneros.
NOTA: ★★☆☆☆
“MODI – THREE DAYS ON THE WING OF MADNESS”, ESTRENO EN 2025 EN CINES.
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