CríticasPelículas

CRÍTICA: “Bad Boys: Ride or Die”

Un episodio de CSI: Miami dirigido por Michael Bay.

© Sony Pictures

Si una cosa nos ha dejado las películas de acción policiacas de Hollywood, eso ha sido grandes duplas de protagonistas. Dúos icónicos como los formados por Mel Gibson y Danny Glover en Arma letal, Eddie Murphy y Nick Nolte en Límite: 48 horas, o Will Smith y Martin Lawrence en Bad Boys.

Una pareja, esta última, que en 1995, y bajo la dirección de Michael Bay (Transformers), mostraron al mundo los métodos tan poco convencionales que utilizaban para desempeñar su trabajo como agentes. Una pareja que desde el minuto uno demostró estar en total sintonía dentro y fuera de la pantalla, y cuyos caminos se vuelven a encontrar casi veinte años después en Bad Boys: Ride or Die.

Sin embargo, esta nueva entrega de la saga que surgió del imaginario del guionista George Gallo (Atrapados en el paraíso), demuestra que está más desgastada que sus propios protagonistas.

Con un guion repleto de conveniencias y “guionazos” en el que los personajes principales transmutan en versiones alternativas de ellos mismos de manera poco consistente, los guionistas Chris Bremner (El hombre de Toronto) y Will Beall (Gangster Squad: Brigada de élite) ponen a la pareja de policías rebeldes ante una de las misiones más importantes de su vida profesional y personal: demostrar que las acusaciones vertidas hacia el fallecido Capitán Howard (Joe Pantoliano) son parte de una trama gubernamental y están lejos de ser verdad. Una tarea que les pondrá en el punto de mira, convirtiéndolos en fugitivos de la justicia.

© Sony Pictures

Está claro que, cuando uno decide acudir al cine para ver un blockbuster de las proporciones de Bad Boys: Ride or Die, lo que menos le importa es encontrarse con una historia de lo más desarrollada, cargada de trascendencia, y que nos deje momentos narrativos que le hagan reflexionar a uno una vez terminados los títulos de crédito. Pero, esto no quita que el guion de la primera película estrenada en cines de Will Smith (Los hombres de negro) tras su “momentazo” en la gala de los Oscars del 2022 no haya por donde cogerlo.

Si bien es cierto que el carácter profético que recibe el personaje de Martin Lawrence (Esta abuela es un peligro) le aporta un carácter cómico a la cinta muy bien traído – y que permite explotar la vis cómica de sus dos actores protagonistas de forma inteligente –, la manera en la que ésta se integra con el resto de la cinta es cuanto menos deficiente. Parecen retales de una película protagonizada por Leslie Nielsen (Aterriza como puedas) que han sido cosidos a un episodio de CSI: Miami sin intención alguna de querer hacerlos pasar por partes de un mismo producto. Una decisión que deja grandes momentos a nivel de humor y conexión entre los personajes, pero que se sienten impostados. Y no solo eso, sino que la fuerza e intensidad tan característica de los protagonistas se ve diluida por la etapa más madura que estos viven, eliminando su carácter “malote”, componente principal de la Bad Boys original.

A esto, habría que añadirles una consecución de estereotipos mal gestionados en cuanto al diseño de personajes – sobre todo el referente a los villanos de la cinta – y a una predictibilidad insalvable en los sucesos que el espectador observa a lo largo de los 115 minutos de metraje.

© Sony Pictures

No obstante, y pese a este gran punto flojo, Bad Boys: Ride or Die cuenta con una carta que sus directores Adil El Arbi (Rebel) y Bilall Fallah (Ms. Marvel) juegan a las mil maravillas: la espectacularidad visual.

Con un juego de cámaras que recuerda al Michael Bay más vertiginoso, y unas secuencias de acción rodadas y coreografiadas de manera frenética, la labor de dirección detrás de la cinta es su mayor atractivo. Un atractivo que se ve exponenciado por un montaje que brinda esa sensación de videojuego ultraviolento del que tanto se nutren sagas como las de John Wick.

© Sony Pictures

Por todo ello, y pese a estar ante una de las mejores películas de acción a nivel de dirección de lo que llevamos de año, y demostrar que la química Smith-Lawrence es más fuerte que nunca, Bad Boys: Ride or Die supone la segunda constatación – después de Bad Boys for Life – de que hubiera sido mejor haber dejado morir a los personajes de Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) tras las dos primeras entregas de la saga.

NOTA: ★★½

“BAD BOYS: RIDE OR DIE”, YA EN CINES.


TRÁILER:

PÓSTER:

© Sony Pictures

¡SÍGUENOS!

Mario Hernández

Mario Hernández

Cinéfilo granadino de la generación del 98 (1998 más concretamente), amante del cine independiente y las grandes sagas. Entusiasta de una buena sesión de peli y manta, soy graduado en Economía por la Universidad de Granada (UGR) con nivel C1 de inglés. Actualmente, estoy realizando el curso de Crítica de Cine en la Escuela de Escritores de Madrid.