CRÍTICA: “Damsel”

La entretenida no damisela en apuros de Netflix.

El tropo de la “damisela en apuros” es un arquetipo que presenta a una mujer, normalmente joven y atractiva, en una situación de peligro que precisa ser rescatada por un héroe masculino. Una damisela, por lo tanto, que termina siendo un personaje femenino bastante plano y vacío, y que se ve relegada a esperar pasivamente su rescate. Una figura que está presente desde los clásicos cuentos de hadas y las primeras películas de Disney, donde películas emblemáticas como Blancanieves, Cenicienta o La Bella y la Bestia han materializado la imagen de princesas vulnerables a la espera del salvador. Un tropo que también se ha extendido a otras películas de diferentes géneros como King Kong o Indiana Jones, y que también se ha implantado en el mundo de los videojuegos, entre los que figuran Super Mario Bros o The Legend of Zelda.

No obstante, a medida que la sociedad ha ido evolucionando y se ha mostrado más receptiva a la diversidad y la complejidad de los personajes femeninos, este tropo ha experimentado una notable transformación. Personajes como Mérida de Brave, Furiosa de Mad Max: Fury Road y Ellen de Alien se han convertido en firmes subversiones de la tradicional damisela en apuros. Un giro no solo de la evolución de la imagen femenina en el mundo del cine, sino también un reflejo de una sociedad que demanda personajes femeninos más auténticos y empoderados.

Una no damisela en apuros que ahora se nos presenta en la nueva película de Netflix, Damsel, dirigida por Juan Carlos Fresnadillo (28 semanas después) y escrita por Dan Mazeau (Fast & Furious X), cuya voz en off inicial, tan característica de los cuentos de hadas, anuncia audazmente su intención de desafiar este arraigado tropo de la siguiente manera: “Hay muchas historias de caballería en las que el heroico caballero rescata a la damisela en apuros. Esta no es una de ellas”.

En la película, Elodie (Millie Bobby Brown), una obediente damisela, que ha aceptado casarse con un apuesto príncipe, (Nick Robinson) descubre que la familia real solo la quiere como sacrificio para saldar una antigua deuda. Arrojada a la cueva de un dragón (con la voz de Shohreh Aghdashloo), la joven deberá utilizar toda su astucia y fuerza de voluntad para sobrevivir.

Una película que, exceptuando su secuencia inicial, comienza como si de un prototípico y hermoso cuento de hadas se tratara, con la llegada de Elodie y su familia al reino para conocer al príncipe con el que se va a casar. Un reino que se dibuja con colores vívidos y bonitos (aunque con un CGI mejorable en los espacios abiertos) que representa ese cuento de hadas que está viviendo el personaje de Bobby Brown en un principio, pero que el espectador ya sabe (por esa secuencia inicial) que no es tan de hadas como parece.

Un cuento de hadas que se torna gris, oscuro y tenue en su clímax cuando Elodie es arrojada a la cueva del dragón, con un interesantísimo trabajo de voz de Shohreh Aghdashloo (The Expanse) y una banda sonora mágica que se convierte en tensa. Es aquí cuando la película comienza a subvertir el tropo de la damisela en apuros. Un giro que se insinuó desde el inicio de la película. Una Elodie que tendrá que valerse por sí misma para sobrevivir ya que no le espera ningún héroe para rescatarla.

Una Elodie, interpretada por la estrella de Stranger Things, Millie Bobby Brown, que consigue capturar magistralmente esa inocencia de una damisela que va a casarse con un apuesto príncipe, interpretado por Nick Robinson en un papel muy secundario, para luego transformarse en una damisela empoderada, independiente y fuerte. Una actriz que no solo consigue resaltar el desarrollo de su personaje sino también reflejar ese el miedo que Elodie experimenta al estar en la cueva y que se consigue gracias a unos primeros planos que captan las expresiones faciales de Bobby Brown.

Una película más que previsible y poco sorpresiva pero que no persigue otro objetivo más que el de entretener. Una película entretenida y familiar (a excepción de algunas escenas más algo gráficas que involucran al dragón), que se disfruta de principio a fin con mucha facilidad, pero sin llegar a ser especialmente memorable.

Como conclusión, Damsel es un ameno oscuro cuento de hadas que le da una vuelta de tuerca al tropo de la damisela en apuros y que agradará al público menos exigente. Un ejercicio agradable y entretenido de fantasía que podrá interesar más o menos, pero que no molestará a nadie.

NOTA: ★★★☆☆

“DAMSEL”, ESTRENO HOY EN NETFLIX.

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