CRÍTICA: “De Vuelta a la Acción” (“Back in Action”)
La vuelta tibia de Cameron Díaz.

En la era del streaming, plataformas como Netflix se han convertido en el escenario perfecto para el resurgir de los blockbusters de acción. Películas diseñadas para atraer al público general, ofreciendo toneladas de adrenalina marinadas con narrativas familiares que atraen a todos los miembros de la casa. En este sentido, y en un claro esfuerzo por balancear exaltación y emotividad, De vuelta a la acción, protagonizada por Cameron Díaz (Vanilla Sky) y Jamie Foxx (Vida perra, The Burial), es la nueva aportación que hace Netflix a este género híbrido. Sin embargo, y tal y como le pasaría a la Plan en Familia de Apple TV+, a pesar de que la cinta cuenta con escenas de acción estelares y una premisa que en principio podría llegar a funcionar, el predecible guion, el desperdicio de talento, y la falta de química entre sus protagonistas, convierten a De vuelta a la acción en una mera película de tarde más.
Película que no solo devuelve a la acción a sus protagonistas, sino que también supone el regreso, once años más tarde, de Cameron Díaz al mundo del cine. Una actriz que en esta ocasión da vida a Emily, una espía retirada de la CIA que, junto a su antiguo compañero Matt (Jamie Foxx), decidió retirarse del mundo del espionaje y formar una familia. Sin embargo, y tras quince años en la sombra, se ven forzados a volver al mundo que una vez decidieron dejar atrás. Una premisa prometedora, aunque más que manida a estas alturas de la película, pero que falla a la hora de ser ejecutada.

Por un lado, nos encontramos con una historia más que predecible que es incapaz de hacer válidos muchos de los plot-twits que propone. Seth Gordon, con experiencia en esto de mezclar comedia y acción en cintas como Cómo acabar con tu jefe o Baywatch, no consigue dar con la tecla en esta De vuelta a la acción.
Si bien es cierto que las secuencias de acción están bien rodadas y coreografiadas, los elementos cómicos de la película se sienten forzados, esterilizando el intento por parte del director de alcanzar ese tono afilado de sus obras anteriores. Un recuerdo de que incluso los directores experimentados pueden verse ensombrecidos por un mal guion y una dinámica inexistente entre los protagonistas.
Y es que, otro de los grandes problemas a los que se enfrenta De vuelta a la acción es la falta de química entre Díaz y Foxx. Las interacción de estos sensacionales actores se sienten insípidas, imposibilitando la existencia de cualquier tipo de conexión o chispa en la pantalla. Algo especialmente problemático teniendo en cuenta que su relación, y como esta se adapta al cambio, es el eje central sobre el que pivota el argumento de la cinta.
Algo a lo que tampoco ayuda la infrautilización que se le da a su talentoso elenco. Jamie Foxx, conocido por sus dinámicas y exuberantes interpretaciones, se ve en el papelón de tener que defender un personaje que se siente unidimensional. El personaje de Matt carece de cualquier tipo de profundidad, impidiendo que Foxx muestre cualquier atisbo de su rango interpretativo. Algo similar ocurre con Andrew Scott (Ripley), el foco principal en sus últimos proyectos, y que es relegado a un papel secundario más que olvidable y que no se acerca a raspar la superficie de sus habilidades. Se siente frustrante ver cómo se ningunea a intérpretes de esta talla, creando personajes que se sienten más como extras que como parte integral de la historia.

En comparación, la interpretación desconectada y alejada de lo que un día fue Cameron Díaz es de agradecer. Díaz, que se había alejado de los focos durante la última década, se encuentra con un guion que erra a la hora de capitalizar su lado más carismático y cómico. De vuelta a la acción crea un reflejo ficcional del regreso de Díaz. Pero uno que no le hace justicia.
A pesar de esto, la película consigue capturar el dilema de sus protagonistas a la hora de tener que ajustar su nueva vida familiar, particularmente la relación tensa y distante de Emily para con su hija. Un logro que no se siente solitario, ya que, si algo hace bien Seth Gordon en De vuelta a la acción, es crear buenas secuencias de acción. La dirección del estadounidense brilla en la ejecución de estas escenas, apostando por las coreografías dinámicas y pulidas. Las escenas donde los ex espías se enfrentan a mercenarios y terroristas se siente energizantes, y el tempo que está aporta al metraje mantiene a la audiencia continuamente atenta.
Dicho esto, los efectos visuales son minados por un inconsistente uso del CGI. En momentos, la calidad del croma no se corresponde con el presupuesto de una cinta como De vuelta a la acción, restándole valor a la experiencia general.

Por todo ello, De vuelta a la acción se constituye como una prometedora película que es saboteada por un predecible guion, un desperdicio de talento actoral, y la ausencia de química entre sus protagonistas. Mientras que sí que es capaz de ofrecer alguna que otra secuencia de acción entretenida y toques de dinámicas familiares entrañables, falla a la hora de dejar una buena impresión en el espectador. Para ser una película destinada a marcar el retorno de Cameron Díaz a la gran pantalla, es una pena que realmente no le den la oportunidad de volver a la acción como se hubiera merecido.
NOTA: ★★☆☆☆
“DE VUELTA A LA ACCIÓN”, YA EN NETFLIX.
TRÁILER:
PÓSTER:

¡SÍGUENOS!
- Mario Hernández predice los ganadores de los Premios Goya 2025. - febrero 3, 2025
- CRÍTICA: “¡Estáis cordialmente invitados!” (“You’re Cordially Invited”) - enero 30, 2025
- CRÍTICA: “De Vuelta a la Acción” (“Back in Action”) - enero 19, 2025