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CRÍTICA: “Eric”

Un intrigante y emotivo thriller ochentero con un excepcional Benedict Cumberbatch.

© Netflix

La década de los 80 fue una época dorada para los programas de títeres. Muchos recordarán Barrio Sésamo o Los Teleñecos, y en el caso de los niños de la siguiente generación, otras emisiones como la española Los Lunnis o la islandesa LazyTown. Programas dirigidos a los más pequeños de la casa con un enfoque más bien didáctico. Sin embargo, estas marionetas también sirven como vehículo para explorar las complejidades emocionales y aspectos más profundos de la psique humana. Ya lo decía Frank Oz, el famoso titiritero que ha dado vida a personajes tan entrañables como la cerdita Miss Piggy o el Monstruo de las Galletas: «Los títeres son una herramienta poderosa para contar historias porque expresan emociones de una forma en la que a las personas a veces les cuesta hacerlo». Y es que si las palabras de Oz no bastan como testimonio de ello, no hay más que echar un vistazo a la nueva serie de Netflix, Eric, de la directora de This is Going to Hurt.

Eric se sitúa en los años 80 y narra la búsqueda desesperada que emprende Vincent (Benedict Cumberbatch), uno de los marionetistas más destacados de Nueva York y creador de una popularísima serie de televisión infantil, Good Day Sunshine, cuando su hijo de nueve años, Edgar (el debutante Ivan Morris Howe), desaparece por la mañana de camino al colegio. A Vincent le cuesta horrores lidiar con la pérdida de Edgar, mostrándose cada vez más inestable y culpándose de la desaparición de su hijo. En ese estado, Vincent se aferra a los dibujos que hacía Edgar de un monstruo azul, una marioneta llamada Eric, convencido de que si logra que Eric salga por la tele, Edgar volverá a casa.

© Netflix

Perteneciente al género thriller, Eric es una miniserie compuesta por seis episodios de aproximadamente 50 minutos. Seis episodios que tienen un ritmo muy ágil y absorbente y que están meticulosamente diseñados para que no sobre ni falte ni un solo minuto. Un manejo del ritmo y del ‘timing’ que hace de Eric una miniserie adictiva y maratoneable, también gracias a su guion y dirección: un sólido guion a cargo de la guionista Abi Morgan, cuyo trabajo en La dama de hierro le valió a Meryl Streep el Oscar a la Mejor Actriz en 2012, y una fantástica dirección por parte de Lucy Forbes, conocida por las series This is Going to Hurt y The End of the F***ing World. Una sinergia entre guion y dirección que se funden y combinan al dedillo, apartándose así de los thrillers más rutinarios, y dándole vida a esta Eric: una atípica y original miniserie que intriga y emociona a partes iguales.

Una miniserie ambientada en los 80 y que consigue transportarnos a esa época mediante su cuidadísima fotografía, diseño de producción y banda sonora. Una evocadora fotografía que crea una sensación de pasado gracias a la apariencia granulosa de su imagen que imita el estilo de filmación de la época, un nostálgico diseño de producción para dar vida al programa Good Day Sunshine y sus marionetas (a través de las cuales Vincent da voz a sus pensamientos y emociones más íntimas), y una banda sonora con una selección de temas icónicos de la época que favorecen la inmersión como Gloria de Laura Branigan, A Forest de The Cure o Love and Affection de Melissa Etheridge. Una ambientación ochentera que además hace que la desaparición de Edgar y su búsqueda sea aún más complicada y misteriosa. Una época, como bien se nos muestra en la serie, en la que las fotografías de los niños desaparecidos aparecían en los cartones de leche y en la que la falta de tecnología dificultaba las investigaciones, con escasez de cámaras de seguridad y sus grabaciones, realizadas en cintas magnéticas, que requerían un tedioso proceso de rebobinado manual para su revisión.

© Netflix

Una serie que hace un profundo estudio de personaje a través de la figura de Vincent, interpretado magistralmente por Benedict Cumberbatch. El actor nominado al Oscar por The Imitation Game y El poder del perro ofrece una actuación descomunal, llena de matices y bastante memorable de un personaje tan complejo como lo es Vincent – actuación que sobresale especialmente en el tercer y sexto episodio – para hablarnos de la paternidad, el matrimonio, la salud mental o las adicciones y por la que el actor merece estar presente en los premios Emmys y los Globos de Oro. La serie se adentra en una exploración psicológica meticulosa y profunda, desnudando las capas de la mente atormentada de Vincent: todo un detallado ‘character study’ que lo muestra desmoronándose, lidiando con la culpa y otros conflictos internos. Por el camino, Vincent se aferra y obsesiona con la marioneta Eric, un monstruo azul creado por su hijo. Una figura a la que da nombre la serie y que adquiere una carga simbólica muy significativa cuando Vincent comienza a alucinar una versión a tamaño real de Eric que lo persigue constantemente y al que también pone voz con una versatilidad envidiable el mismísimo Cumberbatch.

Además de la destacada actuación de Cumberbatch, y sin olvidar la desgarradora interpretación – aunque más sutil y discreta – de Gaby Hoffmann (C’mon C’mon) como la madre de Edgar y pareja de Vincent, la serie también la protagoniza McKinley Belcher III (Historia de un matrimonio) como el policía a cargo de la investigación de la desaparición de Edgar. A través del personaje de McKinley, la serie también arroja luz sobre cuestiones sociales y políticas de la época, incluyendo el racismo, la homofobia y la crisis del SIDA.

© Netflix

En definitiva, Eric está destinada a convertirse en la nueva sensación de Netflix. Una serie imprescindible de su catálogo con una trama que deja huella y que ofrece un disfrute asegurado, además de una inolvidable y polifacética actuación por parte de Benedict Cumberbatch. Una miniserie auténtica, emotiva y adictiva. Sin duda, una de las mejores series del año.

NOTA: ★★★★½

“ERIC” SE ESTRENA EL JUEVES EN NETFLIX.


TRÁILER:

PÓSTER:

© Netflix

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Marta Medina

Marta Medina

Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad de Sevilla (US) y con un nivel C2 de inglés. Fundadora de mundoCine con diferentes roles como crítica, redactora y gestora de redes sociales. Amante del cine y seguidora de la temporada de premios y festivales de cine.