CRÍTICA: “Godzilla: Minus One”
El viaje del héroe contra el monstruo.
En los años cincuenta, el productor japonés Tomoyuki Tanaka fue el responsable de la creación de “Godzilla”. Su intención: introducir el miedo a las armas nucleares a base de una criatura gigante. La productora “Toho” se unió a esta creación. De esta forma, en el año 1954 se estrenaría “Godzilla: Japón bajo el terror del monstruo”, la primera película de una de las sagas más largas de la historia del cine. Hoy, en pleno 2023, Godzilla sigue adueñando las salas con esta nueva película: “Godzilla: Minus One”.
La película cuenta la historia de Shikishima, un piloto kamikaze que, durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, aterriza en la isla de Odo fingiendo que necesita reparaciones. Mientras está allí, una enorme criatura a la que los lugareños llaman “Godzilla” ataca. Shikishima es incapaz de ayudar a sus compañeros; aquello le perseguirá de por vida. Godzilla, ahora mucho más grande, ataca de nuevo después de destruir parte de Tokio. Shikishima se da cuenta de que debe volver a volar para servir de cebo y limpiar su conciencia.
No hay duda de que Godzilla es uno de los monstruos más importantes en la historia del cine, por no decir el que más. Con casi setenta años de carrera cinematográfica, el personaje de “Godzilla” ha cambiado y evolucionado a lo largo de los años. Se le ha visto como un villano (“Godzilla contraataca”), como un defensor (“Godzilla contra los monstruos”), como padre (“El hijo de Godzilla”), como aliado (“Godzilla contra Megalon”), incluso como versión robótica (“Godzilla contra Mechagodzilla”). Pero Godzilla realmente nace como una amenaza, concepto que “Godzilla: Minus One” trae de vuelta, al igual que lo hizo “Shin Godzilla” en el 2016, presentando al monstruo lleno de rabia, sin piedad y con ansias de destrucción, como lo conocimos en sus primeros años.
“Godzilla: Minus One” no sorprende en cuanto a historia, ya que es lo mismo que en la mayoría de ocasiones: el monstruo ataca la ciudad y los humanos deben detenerlo. Pero todo lo demás destaca de forma sorprendente; tanto los efectos como los visuales son impresionantes y el diseño de Godzilla es amenazador e impotente, y se nos permite verlo en su máximo esplendor. Por todo ello, el director de la película, Takashi Yamazaki (“Stand by me Doraemon”, “Parásito”, “Returner”), demuestra ser un cineasta con una visión muy clara, un muy buen ojo para la puesta en escena y a la hora de presentar momentos grandiosos.
Un problema recurrente en las películas de “Godzilla” son los humanos, ya que lo que buscas en una película de estas características es ver al monstruo en todo su esplendor y, en muchas ocasiones, estas películas se preocupan más por las historias de los personajes humanos que por la del propio monstruo, como puede ser el caso de “Godzilla: El Rey de los Monstruos”. “Godzilla: Minus One” no comete este error, por supuesto que hay momentos para los personajes humanos y casi todo el segundo acto se basa en ellos, pero en esta ocasión, ofrecen historias y subtramas interesantes. El personaje de Shikishima es el ejemplo de ello y destaca en todos los sentidos; lo vemos crecer, evolucionar, sufrir, avanzar e incluso redimirse.
Esta película demuestra que no importa los años que pasen y las películas que se estrenen de una misma franquicia, si cuentan con un buen equipo y unas buenas intenciones, consiguen hacer películas fantásticas.
Como conclusión, “Godzilla: Minus One” es un auténtico regalo para los fans del Kaiju más famoso del cine. Una cinta repleta de momentos épicos y espectaculares que supone el regreso a la parte más oscura y cruel del monstruo, con subtramas interesantes y atrapantes. Larga vida a Godzilla.
NOTA: ★★★★☆
“GODZILLA: MINUS ONE”, YA EN CINES.
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