CRÍTICA: “La Ermita”
Un universo muy mal explorado.
Un tema de conversación recurrente es si en España se hace buen cine o no, un dilema que no deja de ser una cuestión según los gustos de cada persona. Lo que sí queda claro es que en España se hace muy buen cine de terror y del fantástico; películas como “REC”, “El Día de la Bestia” o “El Laberinto del Fauno” son grandes ejemplos de este tipo de género. En 2018 se estrenó un cortometraje titulado “Cerdita”, una pequeña historia de terror campestre que sorprendió a todos, tanto por su realización como por su historia. Cuatro años después, en 2022, su directora, Carlota Pereda, tuvo la oportunidad de adaptar ese cortometraje a un largometraje, e lo que sería otro gran ejemplo de terror fantástico. Por lo que su nueva película, “La Ermita”, prometía ser una pieza de terror gótico con toques de fantasía.
La película cuenta la historia de Emma, una pequeña niña que quiere aprender a comunicarse con un espíritu atrapado en la ermita de su pueblo desde hace siglos. Para lograrlo, intenta convencer a Carol, una incrédula y falsa médium, para que le enseñe a hablar con fantasmas. Su ayuda será el único camino para permanecer unida a su madre enferma cuando ella muera. Lo que Carol no sospecha es que Emma posee realmente ‘el don’ y que, si la niña sigue intentando usarlo sin su ayuda, pondrá su pequeña vida en peligro.
“La Ermita” es una película que se va desinflando conforme avanza el metraje. Tiene un comienzo magistral que consigue enganchar desde el primer momento, con una gran puesta en escena, y una historia interesante. Es una pena ver cómo todo lo que proponen en un primer momento se va perdiendo para convertirse en una película totalmente distinta. Y es que, lo que prometía ser una historia de terror con fantasmas se acaba convirtiendo en un drama familiar sin nada nuevo que contar: una historia hueca, sin alma y con un ritmo atropellado.
En lo que respecta al reparto, está encabezado por Belén Rueda, una actriz ya familiarizada con este tipo de género por películas como “El Orfanato” o “Los Ojos de Julia”. Sin embargo, en esta ocasión no consigue transmitir nada con su actuación, presentando a un personaje vacío, sin motivación alguna y con el que no se consigue empatizar. En cambio, la pequeña actriz Maia Zaitegi nos muestra el personaje de una niña que está a punto de perderlo todo y busca algo por lo que seguir adelante, una motivación poderosa que verdaderamente conecta con el espectador.
Al margen de todo esto, “La Ermita” tiene aspectos positivos que ofrecer; su apartado técnico es más que destacable. La fotografía es exquisita, usando unos colores cálidos y sombríos para crear un ambiente de oscuridad y soledad. Las ideas son bastante creativas, creando un universo llamativo e interesante, pero vacías a la hora de desarrollarlas. Cuentan con criaturas y conceptos que podrían haberse explorado mucho más, y no darle tanta importancia a la parte dramática, aun así, la película sigue presentando ideas atrayentes a simple vista.
Como conclusión, “La Ermita” es una película con una historia muy desaprovechada; lo que podría haber sido un cuento de terror gótico se convierte en un drama materno filial que se desinfla por momentos.
NOTA: ★½
“LA ERMITA”, YA EN CINES.
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