CRÍTICA: “La Pareja Perfecta”
Nicole Kidman y compañía brillan en el irresistible -aunque tópico- nuevo murder mystery de Netflix.
Hace unos días arrancó el prestigiosísimo Festival Internacional de Cine de Venecia (también conocido como La Biennale) y, aunque la competición abrió con títulos como la esperada María de Pablo Larraín y El Jockey de Luis Ortega, no fue hasta el día siguiente cuando realmente la sección oficial cobró fuerza con el estreno de Babygirl de Halina Reijn, protagonizada por Nicole Kidman y Harris Dickinson, que recibió críticas muy positivas – y para aquellos amantes del aplausómetro: siete minutos de ovación. Pues, digamos que Kidman ha empezado con muy buen pie esta temporada de otoño, no solo brillando en el Lido con Babygirl, sino también formando parte del reparto coral de la nueva miniserie de Netflix La pareja perfecta, que reúne a la actriz con la directora de The Undoing y que promete tener muy buenas cifras de audiencia. Un murder mystery que se estrena hoy en el gigante de streaming y que mantendrá enganchado al público, sobre todo al menos exigente.
Basada en la novela homónima de Elin Hilderbrand, la miniserie sigue a Amelia Sacks (Eve Hewson), que está a punto de casarse con alguien de una de las familias más ricas de Nantucket. A su futura suegra, la famosa novelista Greer Garrison Winbury (Nicole Kidman), no le hace ninguna gracia, pero no escatima en gastos a la hora de planear la que promete ser la boda de la temporada… al menos, hasta que aparece un cadáver en la playa.
Desde su primer episodio – de los seis que conforman esta miniserie – La pareja perfecta consigue atrapar al espectador con facilidad. La producción inicia con una cena prenupcial, inmortalizando con precisión el bullicio propio de estos eventos: una marabunta de invitados, comida y bebida por doquier, vestimentas elegantes y sonrisas que, en muchos casos, parecen tan forzadas como los discursos que se escuchan mientras las cámaras registran cada momento. Todo ello acompañado de una música alegre – o no tanto, si se presta atención a la letra de la evocadora Young Hearts de Candi Staton – y acompañado también por una fotografía vibrante.
Este ambiente festivo, radiante y animado, no tarda en ser interrumpido (cómo no) por un dramático salto temporal. Uno de muchos en una serie que se deleita en jugar con flashbacks y flashforwards de manera recurrente y siempre significativa, con una edición a cargo de Sam Williams (Slow Horses, Big Little Lies). Y es que, esta transición nos adentra en la oscuridad de la noche y el mar, donde los gritos desesperados de una mujer y una banda sonora inquietante – que contrasta totalmente con el tono del principio – nos sumergen de lleno en el suspense y la intriga que van a caracterizar a esta miniserie, cuyo misterio comienza con la aparición de un cadáver en la playa. Un recurso, hay que decirlo, bastante recurrente y sobreutilizado en muchas otras del género como Broadchurch.
Un murder mystery muy ligero aunque, eso sí, repleto de clichés y bastante convencional. La serie se desenvuelve en el exclusivo círculo de una familia adinerada y, en este sentido, recuerda a Puñales por la espalda y con cierto toque a The White Lotus, pero sin llegar a la excelencia de ambas. Una serie de seis episodios con inyecciones de humor hiperbólico que retratan mordazmente la vida de los ricos y que funcionan gracias al guion de Jenna Lamia (El exorcismo de mi mejor amiga), entre otros. Momentos cómicos que comienzan rápidamente en el primer episodio, durante los interrogatorios al personal de servicio, que en lugar de aportar pruebas útiles, lo que hacen los empleados es desahogarse (y divertirse) con cotilleos y duras críticas: una sirvienta menciona, «la señora Greer tiene una habitación para envolver regalos, pero los envuelvo todos yo en mi cuarto», y otro afirma con ironía, «son ricos del nivel como para comprarse una isla y hacer trata de niños, del nivel: me aburro, comprémonos un mono.» Y, así, su distinguido humor, a veces telenovelesco y exagerado, funcionará para aquellos que busquen un entretenimiento liviano y llevadero. También su misterio, con un ritmo ágil y bien hilado, al menos en los primeros cinco episodios. Y, digo al menos, porque el desenlace de la serie se siente (verdaderamente) muy vago y apresurado.
Pero, parte de que la serie funcione, sin olvidar la notable dirección de Susanne Bier, es gracias a su brillante reparto coral, en el que ningún actor destaca por encima de los demás, sino que todos se complementan a la perfección en cada relación e interacción. Reparto que incluye nombres destacados y reconocidos de la industria como la pareja formada por Nicole Kidman (Un asunto familiar) y Liev Schreiber (Ray Donovan), la novia, interpretada por Eve Hewson (Flora y su hijo Max), la cuñada Dakota Fanning (The Equalizer 3), la mejor amiga de la novia y dama de honor Meghann Fahy (The White Lotus), y el hermano del novio, Jack Reynor (Midsommar). Además, el joven Sam Nivola (Maestro), quien interpreta a Will Winbury, hermano del novio, y que aparecerá en la próxima temporada de la exitosa The White Lotus, resulta ser una revelación, desbordando carisma en la pantalla.
En resumidas cuentas, La pareja perfecta es un estreno imperdible para los amantes de los murder mysteries, pero que no deleitará a los paladares más exquisitos. No es perfecta, pero, en cierto modo, es irresistible.
NOTA: ★★★☆☆
LA MINISERIE “LA PAREJA PERFECTA” SE ESTRENA EN HOY EN NETFLIX.
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