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CRÍTICA: “Rebel Ridge”

Un arranque vertiginoso que se desinfla en una segunda mitad más convencional.

© Netflix

Desde 2018, Jeremy Saulnier, cineasta responsable de Green Room y Blue Ruin, se había mantenido alejado de la dirección de largometrajes. Pero ahora, con Rebel Ridge, Saulnier vuelve a ponerse al timón, aunque el camino para sacar adelante esta película ha sido de todo menos sencillo. Primero, la pandemia, como ha ocurrido con otros muchos proyectos. Y luego, el inesperado abandono de su actor protagonista, John Boyega (Star Wars: El despertar de la Fuerza), por «motivos familiares», y en pleno rodaje (con dos semanas de grabación completadas). Todo un contratiempo que forzó un parón de hasta 11 meses para encontrar un sustituto, el que sería Aaron Pierre (Foe), para que por fin se hiciera realidad este filme que llega ahora a Netflix.

La trama de Rebel Ridge se centra en Terry Richmond (Aaron Pierre), que llega al pueblo de Shelby Springs con una misión sencilla pero urgente: pagar la fianza de su primo para que no vaya a la cárcel y salvarlo así de un peligro inminente. Pero cuando las fuerzas del orden le confiscan injustamente el dinero a Terry, éste debe enfrentarse al jefe de la policía local Sandy Burnne (Don Johnson) y a sus aguerridos agentes.  

Imagen de la película Rebel Ridge
© Netflix

A priori, su argumento puede parecer típico y un tanto convencional, pero, al menos en su primera hora, el director Jeremy Saulnier – que no solo la dirige, sino que también la escribe y la edita – le imprime un ritmo trepidante, una tensión palpable intensificada por la banda sonora de Brooke y Will Blair, colaboradores habituales del cineasta, y una fuerte personalidad a través de su estilizado manejo de la cámara y la atmósfera. Y me reitero, digo “al menos”, porque, desgraciadamente, en su segunda mitad, la película empieza a desdibujar estas virtudes iniciales, cayendo en esos convencionalismos que sugería su premisa y terminando de una forma poco memorable y no tan satisfactoria como uno hubiera deseado.

Parte del problema de que la película decaiga en su segunda mitad radica en el mayor protagonismo que adquiere el personaje de AnnaSophia Robb (Un puente hacia Terabithia), una secretaria judicial que se convierte en la inesperada aliada de Terry. Y es que el punto fuerte de la película estaba precisamente en el personaje de Aaron Pierre, Terry, y sus agitados encuentros con los agentes de policía, a las órdenes del jefe de la policía local Sandy Burnne, al que da vida Don Johnson (Corrupción en Miami). Encuentros que, junto con las buenas actuaciones de ambos y los afilados diálogos de Saulnier, que se despliegan como auténticas armas, consiguen mantener al espectador en vilo ante una narrativa que se alimenta de la corrupción policial. Un mensaje contundente y sin ambigüedades, el de la corrupción, que se palpa desde la primera secuencia.  

© Netflix

Una película también con ciertos toques de acción, especialmente a medida que avanza, y  que contrasta con la acción hiperbólica de otros thrillers, optando por un enfoque más realista. Realismo que se consigue, en gran parte, gracias a la colaboración con asesores como Jariko Denman, un ranger del ejército, y Keith Woulard, un Navy SEAL retirado con experiencia en las fuerzas del orden, y que se traduce en una representación del combate cuerpo a cuerpo que se siente muy auténtica.  

© Netflix

En definitiva, la Rebel Ridge de Jeremy Saulnier comienza con un frenético pulso que engancha al espectador, pero lamentablemente en su segunda mitad pierde demasiada fuerza y se vuelve tan convencional que a los pocos días ya cae en el olvido.

NOTA: ★★★☆☆

“REBEL RIDGE”, ESTRENO EL VIERNES EN NETFLIX.


TRÁILER:

PÓSTER:

Poster de la película Rebel Ridge
© Netflix

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Marta Medina

Marta Medina

Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad de Sevilla (US) y con un nivel C2 de inglés. Fundadora de mundoCine con diferentes roles como crítica, redactora y gestora de redes sociales. Amante del cine y seguidora de la temporada de premios y festivales de cine.