CRÍTICA: “Role Play”
El despertar de la Femme Fatal familiar.
¿Qué tienen Bruce Willis y Ashton Kutcher en común? Además del hecho de haber estado casados con Demi Moore quiero decir. Pues que ambos actores, en algún momento de su dilatada carrera, han interpretado en clave de humor a un asesino a sueldo/super agente secreto que se había retirado y que quería llevar una anodina vida retirado del sangriento día a día de su trabajo. Y en ambos casos, al primero en “Falsas apariencias” y al segundo en “Killers”, les acaba saliendo el tiro por la culata (nunca mejor dicho), involucrando a sus más allegados en un intento de deshacerse de todos los cabos sueltos que les impiden desconectarse de manera permanente de su antigua vida. Algo que, a partir de ahora, también tendrán en común con Kaley Cuoco.
Y es que, la actriz que saltó a la fama por su papel en “The Big Bang Theory” da vida en esta nueva película dirigida por Thomas Vicent (“Reacher”) a Emma, una madre de familia que intenta avivar la llama de su matrimonio con una noche de rol en Nueva York junto a su marido Dave (David Oyelowo). Sin embargo, este inofensivo juego marital propiciará que la vida secreta de Emma como asesina internacional salga a la luz, poniendo en peligro a su familia. Para evitarlo, Emma se verá obligada a emplear su determinación y sus habilidades como asesina para proteger a su familia como sea.
Sobre la mesa, nos encontramos con una premisa que ya hemos visto con anterioridad y que no siempre ha terminado de funcionar de manera correcta. Estamos ante una premisa en la que hay que saber balancear la acción, la comedia, y el romance inherente de lo que se plantea con precisión, y que está claro que ni el guion coescrito por Andrew Baldwin (“Asalto al poder”) y Seth W. Owen (“Morgan”) ni la dirección de Vicent saben conseguir.
Por un lado, “Role Play” cuenta con un guion insulso, incapaz de crear situaciones verdaderamente cómicas, y con alguna que otra incongruencia de guion (el uso de distintos tipos de balas según conveniencia en una misma secuencia), donde lo único salvable son los primeros 20 minutos del mismo. Una muy buena introducción centrada en mostrarnos todo lo que tiene que perder Emma, seguida por una serie de escenas en las que los personajes de Kaley y David interactúan con Bob (Bill Nighy) y que suponen el detonante de lo que veremos a continuación. Y lo que veremos será un batiburrillo de ideas estereotipadas y mal ejecutadas, que derivan en un final insustancial y anticlimático, donde la indiferencia generada a lo largo de la hora anterior hacía el recorrido que realiza el personaje principal provoca que la predecibilidad del clímax final sea imposible de obviar. Un clímax en el que la villana plana y repleta de clichés no termina de suponer una amenaza real para la protagonista, dando la sensación de ser un final sacado de la manga.
Por otro lado, tenemos la labor errática y superficial de Vincent, que se limita a dar lo que en un primer momento se podría llegar a intuir, dejando a un lado la profundización de los conflictos o la generación de dinamismo y tensión en las escenas puramente de acción, y apoyándose en un montaje que empuja al espectador a descubrir de manera prematura hacia dónde se dirige la película. Una superficialidad contra la que lucha continuamente Kaley Cuoco, que demuestra que el papel de la femme fatale familiar le sienta muy pero que muy bien, pero a la que la dirección errática y superficial del director francés la convierten en la versión de Hannah Montana de los espías que acaba teniendo ‘the worst of both words’.
A pesar de todo ello, y uno de los pocos aciertos con los que cuenta la película, es la representación visual, a través de la puesta en escena y el uso de la paleta de colores de la fotografía creada por Maxime Alexandre (“La monja”), de esa dualidad que existe entre los personajes de Emma y Dave, así como su forma de afrontar los conflictos.
Sin embargo, esta representación se ve desdibujada por la dirección confusa de Vincent, que hace que termines empatizando más con Dave, queriendo saber más sobre su intrahistoria y posición en todo lo que estamos viendo. Un conocimiento que no llega a darse ya que, aunque la película no se esfuerce en mostrarnos, la protagonista es Emma, dejando al espectador con un continuo sabor amargo.
En definitiva, y al igual que le pasa al personaje de Kaley Cuoco al intentar compaginar su vida profesional y laboral, la nueva película original de Prime Video falla a la hora de mezclar los ingredientes necesarios para crear una comedia de acción familiar destacable. Un conglomerado de conceptos y buenas intenciones que va perdiendo fuelle a partir de los veinte minutos de metraje, y que deriva en un tercer y cuarto acto insulsamente olvidable, pero que demuestran que Kaley se ve bien con cualquier tipo de peinado.
NOTA: ★★☆☆☆
“ROLE PLAY”, YA EN PRIME VIDEO.
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