CRÍTICA: “Sound of Freedom”
Mucho ruido y pocas nueces.
Desde que en 2016 “Spotlight” ganase el Oscar a Mejor Película (además del de Mejor Guion Original), no había habido una película basada en hechos reales sobre la pedofilia y el tráfico de niños que fuera tan sonada como lo ha sido “Sound of Freedom”. Una película, la dirigida por Alejandro Monteverde, que nos narra la historia real de Tim Ballard (Jim Caviezel), un ex agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos que dejó su trabajo para dedicar su vida a rescatar a niños y niñas que estaban siendo vendidos en el mercado negro, sumergiéndose para ello en el submundo del tráfico de personas a lo largo de toda Latinoamérica, poniendo todos los medios posibles para salvar las vidas de cientos de niños, como si de una reencarnación de Schindler se tratase.
Y es que, “Sound of Freedom” cuenta con un guion escrito conjuntamente por el propio Alejandro Monteverde y Rod Barr (“Cabrini”), sustentado en un efectismo visual y emocional, capaz de transmitir la angustia y estupor que vivieron los implicados de esta historia basada en hechos reales, pero infinitamente vacío argumentalmente hablando. Un guion con un control de los tempos del todo nefasto, que parte de un inicio torpe y frío, incapaz de plasmar las motivaciones del protagonista de manera acertada, haciendo que el hecho de entrar en la cinta sea muy difícil para el espectador, y al que un montaje atropellado con exceso de verborrea no ayuda.
Sin embargo, y contra todo pronóstico, este es capaz de estabilizarse y mejorar considerablemente a partir de la hora de metraje, cogiendo parte de esa fuerza narrativa que le faltaba en su comienzo. En este sentido, “Sound of Freedom” da la sensación de ser dos películas con visiones y estilos narrativos muy distintos entre sí, las cuales han sido aglutinadas en una cinta de dos horas y diez minutos de duración que en ocasiones se torna demasiado densa.
Una película que cuenta con la firma en la dirección de fotografía del español Gorka Gómez Andreu (“Irati”), quien refleja a la perfección las condiciones precarias y de pobreza en la que viven nuestros protagonistas con una locuaz fotografía marchita y lúgubre, pero que peca del uso excesivo de este filtro amarillo tan prototípico y artificial al que tanto uso se le da últimamente. Fotografía a la que le acompaña la rimbombante y penetrante banda sonora compuesta por, el también español, Javier Navarrete (“El laberinto del Fauno”), capaz de poner los pelos de punta desde la primera escena, y dejándonos momentos sonoros para el recuerdo.
A pesar de la facilidad que tienen los apartados técnicos de “Sound of Freedom” a la hora de transmitir tensión y angustia a lo largo de todo el metraje, las actuaciones del elenco adulto no consiguen esta meta en ningún momento. Actuaciones inexpresivas y planas que apenas consiguen llamar la atención de un público que corre el riesgo de quedarse prendado de las interpretaciones infantiles, las cuales sí que consiguen realmente emocionar y hablar por sí solas.
Por todo ello, “Sound of Freedom” supone un crudo retrato sobre el tráfico infantil y la pedofilia, que demuestra que un mensaje potente no es suficiente para crear una película que supere lo decente. Una cinta cuya forma de mostrar los hechos es un tanto ineficiente, con la que cuesta conectar en lo narrativo, pero que maravilla en lo visual.
NOTA: ★★½
“SOUND OF FREEDOM”, YA EN CINES.
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