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CRÍTICA: “Un Asunto Familiar” (“A Family Affair”)

La constatación de Joey King como estrella.

© Netflix

Si en el mundo del cine y de las series hay una combinación de cinco palabras que da más miedo que la niña del exorcista, esa es: “comedia romántica original de Netflix”. Un género que está cada vez más exprimido no solo por las grandes productoras de Hollywood, sino por las propias plataformas de streaming, y entre las que rara vez se pueden encontrar puntos de genialidad o de originalidad. Películas que se sienten iguales, donde el único esfuerzo parece centrarse en crear una obra lo suficientemente entretenida como para que el espectador no se quede dormido en la sobremesa. Sin embargo, y en contra de lo que uno pudiera haber imaginado antes de ponerse a ver esta cinta, “Un Asunto Familiar” consigue algo más que eso.

Con un elenco de lo más llamativo, el director Richard LaGravenese (“Los Últimos Cinco Años”) nos presenta la historia de Zara (Joey King), una joven que sueña con hacer grandes cosas en la industria de Hollywood, pero que lleva años atascada como la asistente personal de Chris Cole (Zac Efron), una superestrella del cine de acción. Una Zara que ve cómo, justo cuando ya no puede más con su vida profesional, Chris se enamora de su madre (Nicole Kidman), haciendo aún más difícil sobrellevar su día a día.

© Netflix

Si bien es cierto que el core principal del guion escrito por Carrie Solomon – quien debuta en este apartado – es de los más genérico y previsible de entre las comedias románticas más recientes, se nota cierta influencia de aquellas screwballs que tanto se popularizaron a mediados del siglo pasado. Comedias que satirizaban las historias de amor tradicionales, y cuya influencia se hace más palpable en el segundo acto, gracias, principalmente, a la interpretación inocentemente certera de Nicole Kidman (“Aquaman y el Reino Perdido”) al más puro estilo Claudette Colbert en “Sucedió una Noche”. Una mirada al pasado del género de lo más agradable, que combina muy bien con el tipo de comedia pseudo costumbrista que pretende infundir LaGravenese con su dirección y puesta en escena.

Sin embargo, esta similitud con el gran clásico de Frank Capra es tan solo un espejismo que se desvanece a medida que va avanzando la cinta, y la película vira en una dirección más contemporánea, jugando a algo similar a lo que ya jugó la “La Idea de Ti” que tanto reivindicó Anne Hathaway unos meses atrás. Con la mirada puesta en la relación entre el personaje de Kidman y Efron (“The Iron Claw”), la cinta cambia el trasfondo puramente satirizado y romántico de los dos primeros actos, y lo sustituye por un intento demasiado tibio por reivindicar la superficialidad que rodea las vidas de los famosos y del hecho de que el amor no entiende de edades (siempre y cuando lo permita la legalidad).

© Netflix

A pesar de este claro downgrade tras la llegada de la mitad del metraje de la película, “Un Asunto Familiar” contiene un componente que hace que merezca la pena seguir viéndola: Joey King (“Bullet Train”).

Y es que, la joven actriz americana es capaz de transmitir la vergüenza ajena hacia Chris que siente su personaje – así como la particular situación que está viviendo en casa – de manera brillante. Con una de las mejores interpretaciones de una joven en busca de sí misma a la que la vida no se lo está poniendo fácil, King es capaz de acaparar todos los focos cada vez que está en escena, llegando a eclipsar a las dos estrellas mundiales que tiene como coprotagonistas, y centrando en ella todos los momentos de comedia.

© Netflix

Por todo ello, “Un Asunto Familiar” conforma una grata sorpresa en forma de comedia romántica, pero que peca, en ocasiones, de querer abarcar más trasfondo de lo que el monótono guion es capaz de atrapar. Una divertida opción de sábado tarde, con una Joey King que se corona como la reina de la cinta.

NOTA: ★★★☆☆

“UN ASUNTO FAMILIAR”, YA EN NETFLIX.


TRÁILER:

PÓSTER:

Poster de la película Un Asunto Familiar
© Netflix

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Mario Hernández

Mario Hernández

Cinéfilo granadino de la generación del 98 (1998 más concretamente), amante del cine independiente y las grandes sagas. Entusiasta de una buena sesión de peli y manta, soy graduado en Economía por la Universidad de Granada (UGR) con nivel C1 de inglés. Actualmente, estoy realizando el curso de Crítica de Cine en la Escuela de Escritores de Madrid.