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CRÍTICA: “Vida Perra” (“Strays”)

Una entrañable (y soez) comedia negra.

© Universal Pictures

Si bien es cierto que en el Antiguo Egipto eran los gatos los que eran venerados como si de dioses se tratasen, desde que Federico el Grande de Prusia los definiera como “el mejor amigo del hombre”, la historia moderna no ha cesado de hacer hincapié en el mutuo amor que se tienen los perros y sus dueños. Un amor que por lo general se profesa de manera incondicional y leal, haciendo que ambos se vean positivamente afectados por su compañía y cariño. Un amor que, por desgracia, no siempre es mutuo o correspondido, y que en ocasiones, resulta en el dueño abandonando a su mascota a su suerte. Algo que, por desgracia, experimenta en sus propias carnes Reggi en “Vida Perra”.

Y es que, este border terrier tan optimista como ingenuo, acaba siendo abandonado por su dueño Doug, un tiparraco despreciable y desalmado. A pesar de esto, Reggi (Will Ferrell) está totalmente convencido de que todo ha tenido que ser un malentendido ya que su humano nunca se desharía así como así de él. Sin embargo, todo esto cambiará cuando se tope con Bug (Jamie Fox), un locuaz pero malhablado Boston Terrier que vagabundea por las calles firme en su creencia de que eso de tener un dueño es cosa de perdedores. Este, le hará ver que realmente vivía inmerso en una relación tóxica, y juntos emprenderán un viaje de regreso a casa en busca de venganza acompañados de Maggie (Isla Fisher), una pastora australiana, y Hunter (Randall Park), un gran danés estresado por su trabajo como animal de terapia emocional.

© Universal Pictures

Visto así, no es de extrañar que “Vida Perra” proceda de los mismos productores detrás de películas como “Oso Vicioso” e “Infiltrado en la clase”, nutriéndose de la ridiculez y lo estrafalario de la primera, para crear situaciones de comedia similares a las de la segunda. Comedia que reside en lo soez y el lenguaje mal hablado de sus protagonistas, convirtiendo esta “road trip movie” en una versión live action maleducada de “Bolt”. De hecho, si eso que dicen de que las mascotas acaban pareciéndose a sus dueños es cierto, “Vida Perra”sería la mascota de cualquier personaje de Samuel L. Jackson escrito por Quentin Tarantino.

Una película tan irreverente como divertida, que se apoya en un guion escrito por Dan Perrault (“American Vandal”) cargado de clichés y comportamientos perrunos estereotipados tan cómico como predecible, pero que extrañamente funciona muy bien con este tipo de cintas. Uno de los grandes aciertos por parte de Dan es la forma tan cómica que tiene de emplear al “mejor amigo del hombre” para simbolizar de manera muy acertada la sociedad humana a base del uso continuo de paralelismos entre el comportamiento perruno y el humano.

© Universal Pictures

Además, “Vida Perra” cuenta con una historia y mensaje que, pese a estar más que exprimidos por la industria del cine, están envueltos en un concepto original. El típico mensaje cercano y empático sobre sentirse querido, sobre el abandono, las relaciones tóxicas y el sentido de pertenencia que se ve reflejado en películas como “Toy Story 4”, pero usando el punto de vista canino.

Finalmente, y a lo que los apartados técnicos se refieren, la película cuenta con una fotografía y banda sonora que pasan totalmente desapercibidas, donde la dirección por parte de Josh Greenbaum (“Barb” y “Star van a Vista Del Mar”) se limita a crear una escenografía y puestas en escenas centradas en reflejar de la manera más fiel posible el punto de vista perruno ante los acontecimientos que se van sucediendo en “Vida Perra”.

© Universal Pictures

En definitiva, “Vida Perra” conforma una divertida (e inapropiada) comedia que coquetea continuamente con el humor negro, cargada de ese humor soez y desvergonzado que tanto recuerda a las comedias americanas de los 90s y los 00s, pero que sin embargo se queda a medio camino entre lo entrañable y lo “gamberro”.

NOTA: ★★★☆☆

“VIDA PERRA”, YA EN CINES.


TRÁILER:

PÓSTER:

© Universal Pictures

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Mario Hernández

Mario Hernández

Cinéfilo granadino de la generación del 98 (1998 más concretamente), amante del cine independiente y las grandes sagas. Entusiasta de una buena sesión de peli y manta, soy graduado en Economía por la Universidad de Granada (UGR) con nivel C1 de inglés. Actualmente, estoy realizando el curso de Crítica de Cine en la Escuela de Escritores de Madrid.