Crítica de ‘Devuélvemela’ (‘Bring Her Back’): Solo hay algo peor que la muerte, negarla.

Desde hace pocos años, la distribuidora de cine independiente estadounidense A24 está de capa caída. Ya sea por su falta de esmero en la promoción de sus películas o el bajón de calidad en las mismas, concretamente en el género de terror. En 2022, una película fue aclamada como «un soplo de aire fresco» en el campo del terror sobrenatural new age: Háblame, debut del dúo RackaRacka, formado por los gemelos Michael y Danny Philippou, youtubers y cineastas australianos. Y resultó ser no tan original como muchos prometían, pero un buen debut en cualquiera de los casos.
Alejándose del tono cómico de sus vídeos de Youtube, los Philippou se aproximaban al drama por la vía del terror, como Ari Aster y otros cineastas contemporáneos han sabido bordar en la última década. A esto se le sumaba una reinterpretación de la clásica trama de ouijas, haciendo que los adolescentes no se asustasen de lo sobrenatural, sino que se rieran de él y lo volvieran viral. Si bien Háblame no era una película perfecta, demostraba sensibilidad con la actualidad y la juventud, además de cierta destreza visual. Una promesa de que el cine de terror puede modernizarse todavía más.

Devuélvemela es el segundo largometraje de los hermanos Philippou. Los protagonistas son Andy (Billy Barratt) y su hermana Piper (Sora Wong). Andy es protector con su hermana, quien tiene un grave problema de vista. El mundo de ambos se viene abajo cuando su padre fallece en terribles circunstancias, obligándoles a vivir con un nuevo tutor hasta que Andy cumpla la mayoría de edad y pueda cuidar de Piper. Así, los hermanos se trasladan a casa de Laura (Sally Hawkins), una excéntrica terapeuta que también cuida a otro niño huérfano llamado Oliver (Jonah Wren Phillips).

Los directores traen de vuelta a una de sus referencias más preciadas: Ari Aster. Igual que en Hereditary, los protagonistas parten de un evento traumático y se dedica tiempo a explorar el drama que les rodea. Sin ellos saberlo, se están adentrando en un mundo cuyas normas y alcance sobrenatural desconocen. Los villanos (Hawkins y el niño) juegan con ellos y los manipulan para alcanzar un objetivo mayor: traer de vuelta a alguien de entre los muertos por medio de un ritual. Asimismo, el estilo visual trae de vuelta la paleta de colores y luces típicas en el cine de Aster. Muchas veces sería imposible adivinar que nos encontramos ante una película de terror. Esta desincronización con los clichés formales del género se juega a su favor, al poder introducir algo de humor (en ocasiones, negro) y despistes. Ahí está la figura del perro disecado, que en otra película de terror sería un claro indicador de que algo va mal, pero aquí se emplea de forma cuasi cómica, además de funcionar como metáfora del duelo.
Al contrario que en la película de Aster de 2018, los directores no ocultan la naturaleza macabra de lo que está sucediendo. Sí hay simbolismos a lo largo de la película –las formas circulares que dominan la casa o el agua como vía de expresión del trauma– y tampoco revelan todas sus cartas al comienzo. Aquí son sorprendentemente honestos al enseñar las cintas de vídeo que explican los pasos a seguir en el ritual, las conversaciones entre Hawkins y el niño o el comportamiento extraño de este. Y esto se debe a que, a pesar de contener gore (apuñalamientos, mutilaciones, etc.), la columna vertebral de Devuélvemela no es el terror, sino el drama.


Los Philippou demuestran madurez en la escritura, mucho más que en Háblame, tanto en el desarrollo de los personajes (que no representan clichés como en la anterior película, sino seres humanos) como en la propia acción. Aunque la narrativa se vea envuelta en un componente estético muy fuerte –con un grandioso diseño de sonido, transiciones de montaje y trucos visuales–, hay cierta sensibilidad reluciente. La escena de la borrachera entre los hermanos y su nueva tutora puede ser la mejor escena de la película. Y hablando de este personaje, qué gran interpretación la de Sally Hawkins (Wonka). Su sola presencia llena el plano, además de transmitir vulnerabilidad y dulzura en un papel realmente exigente.

En definitiva, Devuélvemela es una de las grandes películas de terror del año y una grata sorpresa, que allana el camino a los directores para explorar sus inquietudes, tanto estéticas como temáticas, con una sensibilidad contemporánea que se echaba de menos en A24.
NOTA: ★★★½
«HAPPY GILMORE 2», YA EN NETFLIX.
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