CríticasPelículas

Crítica de ‘Estragos’ (‘Havoc’): Tom Hardy atrae las balas, pero ninguna le roza.

havoc 2025
© Netflix

Puede que estemos viviendo un nuevo capítulo en la historia del cine de acción. Uno muy pequeño, y que solo se aprecia en algunas películas del género. Solo el año pasado se estrenaron 3 títulos destacables: Furiosa: De la saga Mad Max, de George Miller, Twilight of the Warriors: Walled In, de Soi Cheang, y The Shadow Strays, de Timo Tjahjanto. Diferentes entre sí, pero con algo en común: los efectos digitales en combinación con lo analógico y artesanal. No conciben el CGI como una herramienta para tapar errores, sino como una parte fundamental de la estética, sin que esto desluzca aquello que se logra en cámara: la acción práctica.

Si hablamos de acción que transmite realidad y crudeza, debemos hablar de Gareth Evans y Redada asesina (The Raid). Aquella cinta se abstraía de su trama (simplísima) para centrarse en los set pieces (complejísimos). Algo que la saga John Wick ha heredado con cada vez más radicalidad, hasta el punto de acercarse al mundo de los videojuegos de acción. Pero volvamos a Evans. No le interesa el realismo, porque si no, no encerraría a un poli en un edificio lleno de asesinos y saldría victorioso. No le interesa el drama, aunque en Redada asesina 2 (la mejor) da un mínimo trasfondo a los personajes para implicar más al espectador. Lo que sí le interesa, y mucho, son las coreografías espectaculares y sangrientas. Son las artes marciales combinadas con tiroteos. El hasta qué punto puede alargar este festival de tortas y violencia, pasando de lo absurdo a lo épico en cuestión de segundos. 

havoc 2025 still
© Netflix

Havoc (Estragos en su título español) lleva en el horno desde 2021, cuando Evans firmó un acuerdo exclusivo para producir y dirigir la película para Netflix. Se ha enfrentado a numerosos retrasos debido a los reshoots y la huelga de actores, lo que ha provocado que su estreno pase un poco desapercibido, pero por fin la tenemos. Havoc, en palabras de su director, es «una carta de amor al género de la matanza heroica» hongkonesa de los años 80 y 90. Es decir, al cine de John Woo, de Ringo Lam y de Johnnie To. Pero también hay mucho del thriller norteamericano de los años 70 como Contra el imperio de la droga o Ladrón. Precisamente, Havoc se siente como la mezcla de ambos mundos.

Su trama puede explicarse en pocas palabras. Un robo de drogas sale mal, perjudicando tanto a la banda criminal que la iba a comprar, como a los policías que querían hacerse con ella. En mitad de este lío, Walker (Tom Hardy) trata de localizar al hijo de un político de la ciudad (Forest Whitaker). Tres líneas narrativas que inevitablemente acaban chocando y resultando en un festival de sangre, tiros, persecuciones, explosiones y rabia. Porque todo lo que rodea a la acción son excusas: diálogos expositivos, algo de trasfondo dramático para los personajes implicados y giros de guion algo predecibles. Aquí no hay ese nivel de abstracción que puso de moda La redada, sino un grueso retrato del submundo criminal, formado por espacios muy reconocibles: el club de música electrónica, la sala de negocios clandestina, la cabaña del policía desplazado…

havoc
© Netflix

Evans no está tan interesado en sus personajes como en las secuencias de acción, que son el grueso de la cinta. En una época tan marcada por los neones de John Wick o los stunts de Misión Imposible, algo como Havoc se siente fresco, aun sin ser excepcional. Su director baña la imagen con un grano ochentero y un look que pretende asemejarse a las películas que homenajea. En realidad, Havoc es muy moderna y sus recursos estéticos solo contribuyen a reafirmarlo: ¡ni siquiera está rodada en celuloide!

Pero es igual, porque tenemos todo lo que necesitamos para hacer una buena cinta de acción. Su persecución inicial recuerda a una cinemática de videojuego (luciendo el VFX a más no poder) sin limitaciones en su planificación y sin estar sujeta a ningún tipo de verosimilitud. El ataque al coche del alcalde está al nivel de brutalidad de La redada 2, con una dirección y un ritmo exquisitos (¡cómo mueve la cámara este hombre!). El tiroteo en el club de tecno desafía a cualquier escena similar en John Wick, aunque la comparación entre sus protagonistas no tiene cabida. Aquí cuesta creerse a Tom Hardy (Venom: El último baile) como héroe de acción porque, mientras parte piernas y llena cuerpos de metralla, su acting es demasiado tranquilo y muy poco enérgico. Pero una vez llegamos a la media hora final, todos los “peros” se olvidan: llega una secuencia increíble con disparos a cámara lenta al puro estilo John Woo y, sin que te dé tiempo a procesarla, viene otra, y cuando crees que todo ha acabado, ¡aparece una más!

havoc 2025 tom hardy
© Netflix

Havoc es satisfactoria, sin ser mejor que los otros títulos de su director. Pero si hay que esperar tantos años para otra película de Gareth Evans, van a ser años muy duros.

NOTA: ★★★☆☆

«ESTRAGOS» («HAVOC»), YA EN NETFLIX.


TRÁILER:

PÓSTER:

havoc 2025 poster
© Netflix

¡SÍGUENOS!

Enrique Constans

Enrique Constans

Licenciado en cine documental por la ECAM, donde realizó varios cortometrajes en calidad de director, guionista y montador. Además, ha estudiado guion y crítica cinematográfica y dirigido y escrito varios cortometrajes. Actualmente se dedica tanto a la escritura de ficción como a la docencia de Historia del Cine en la UNED.

Política de privacidad y cookies de mundoCine

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. Al aceptar las cookies, la información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web, ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles y para mejorar la publicidad y orientar los anuncios según qué contenido es relevante para los usuarios.