Crítica de ‘La Acusación’: El maestro que te cambia la vida.

Ser profesor no es tarea fácil, y menos cuando, hoy en día, se atribuye al colegio o instituto la mala educación que tienen los estudiantes. Existen infinidad de situaciones y problemáticas que se generan debido a cuestiones pedagógicas, lo que hace inevitable pararse a pensar en cómo los docentes conviven con estas tensiones y de qué manera les afecta en su vida personal. La acusación es una prueba audiovisual de ello, y muestra cómo, en ocasiones, la voluntad de querer cambiar al alumnado puede provocar un efecto totalmente contrario y devastador para el docente.
Inspirada en una historia real, La acusación cuenta la historia de Julien (François Civil), un profesor de francés acusado por una de sus estudiantes de haberle hecho insinuaciones de índole sexual. Mientras lucha por probar su inocencia, todo su entorno se irá complicando, llegando a afectar a su vida personal.


Probablemente a muchos se le venga a la cabeza la fantástica película La caza (2012), la cual parte de un planteamiento similar, aunque más enfocado en las consecuencias sociales y familiares. Pero esta película de Teddy Lussi-Modeste (El precio del éxito) busca retratar la percepción del profesor y todo lo que conlleva a nivel educativo. Plantea una crítica a la gestión y control de los centros educativos frente a este tipo de crisis, así como el papel de la familia y su potestad para darle la vuelta a la situación. En este sentido, hay varias escenas en las que el hermano de la niña amenaza al propio profesor. También se aborda la influencia que ejercen unos estudiantes sobre otros para encajar entre ellos, lo que puede dar lugar a comportamientos que el mismo adolescente no está seguro de realizar. Todo ello genera un ciclo dañino que no solo pone en peligro al alumno, sino a sus compañeros y al equipo educativo.
Por lo tanto, podríamos decir que lo mejor de la película reside en todos los interrogantes y reflexiones que propone en torno al estado actual del sistema educativo y quiénes son realmente los verdaderos culpables. Sin embargo, aunque el guion del propio Lussi-Modeste y Audrey Diwan (Emmanuelle) articula todos estos temas de forma natural, le resulta imposible profundizar lo suficiente en cada uno de ellos, siendo este, al mismo tiempo, el punto más débil de la película. A pesar de ello, todos los personajes tienen algo que decir y encarnan cada uno de los temas mencionados anteriormente. Por ejemplo, el claustro de profesores funciona como el principal aliado del docente, aunque dependiendo de con quién hable, puede convertirse en una amenaza.

La química entre François Civil (Amor a segunda vista) y el resto del reparto es excelente, y su papel como profesor le queda como anillo al dedo. Representa a un docente apoyado en nuevas metodologías que busca realmente conseguir resultados esperanzadores con sus estudiantes. Uno de los conflictos más interesantes –y donde la película cobra más fuerza– reside en qué tipo de métodos son válidos para motivar a los alumnos y qué barreras o líneas pueden traspasarse para lograrlo. La escena que mejor define esta idea es la excursión a comprarse un kebab, que puede parecer algo inofensivo, pero plantea un debate muy interesante.
A nivel técnico, se observa una clara intención de generar suspense y tensión en determinadas escenas, apoyándose en una banda sonora con sonidos techno a cargo de Jean-Benoît Dunckel (Lost in Translation), la cual otorga una atmósfera de presión constante y de incertidumbre. Donde más se aprecia el uso de la música es en el tramo final, que resume perfectamente el mensaje de la película. Un final aterrador en todos los sentidos, que cualquier docente podría haber vivido en sus carnes.


Por todo ello, La acusación es una película obligatoria para cualquier docente en acción, o que tenga pensado serlo. Manda un mensaje claro y conciso: la educación es de vital importancia en los tiempos que corren. Resulta valioso que los cineastas de esta nueva generación escriban y dirijan películas como esta. Historias que muestren la verdadera realidad de los problemas educativos actuales: qué es lo que está fallando y qué medidas son las más viables para resolverlos. Es necesario que se visibilicen las consecuencias internas para los centros escolares, así como las externas para el resto del mundo. El cine, como siempre lo ha sido, puede ser una herramienta perfecta para ello.
NOTA: ★★★★☆
«LA ACUSACIÓN», YA EN CINES.
TRÁILER:
PÓSTER:

¡SÍGUENOS!
- Crítica de ‘La Acusación’: El maestro que te cambia la vida. - julio 14, 2025