CríticasPelículas

Crítica de ‘Los Tortuga’: Memorias de una Tortuga.

los tortuga
© A Contracorriente Films

En el transcurso de la vida de una persona caben tantas identidades como situaciones y experiencias que la conforman. Una es fruto de cada decisión consciente o inconsciente que ha tomado y con las que ha de cargar a lo largo de su camino. Algunas de estas elecciones son fruto del libre albedrío y el anhelo sentimental o profesional que llevan al individuo a acometer un cambio, mientras que otras son resultado de un fortuito golpe del destino cuya digestión es del todo particular. Los Tortuga, nueva película de Belén Funes, gira en torno a la relación distante de una madre y su hija a la vez que gestionan, cada una a su modo, la pérdida y el proceso de duelo en un entorno hostil y en continuo cambio.

Pese a que Los Tortuga no es una obra puramente autobiográfica, sí que comparte raíces con las de su directora, Belén Funes, que recurrió al peregrinaje de sus antepasados desde Jaén a Barcelona en busca de nuevas oportunidades laborales y mejores condiciones de vida para trasladar a la pantalla la historia de Delia y Anabel. El guion está escrito a cuatro manos entre la directora y Marçal Cebrian durante un período de cinco años en el que se nutrieron de las crónicas migratorias de aquellas personas que, en la segunda mitad del Siglo XX, abandonaron el sur cargando sus vidas a la espalda y por lo que fueron conocidas como «Los Tortuga», nombre que finalmente también abrazaría esta película.

Belén Funes forma parte de la prolija ola de directoras nacionales cuya mirada está dirigida hacia un cine de carácter social, como Carla Simón (Romería) o Celia Rico (Los pequeños amores), y que le valió en 2020 el Premio Goya a Mejor Dirección Novel por La hija de un ladrón. Con esta inmejorable carta de presentación, Los Tortuga inició su andadura en pantallas de todo el mundo en Festivales como el de Toronto o Málaga donde, además, se hizo con los galardones de Mejor Dirección, Mejor Guion y el Premio Especial del Jurado en su edición 2025.

El inusualmente duradero prólogo de Los Tortuga presenta a varias generaciones de una familia de jornaleros que trabajan el olivo en Jaén, entre las que se encuentra una adolescente, Anabel (Elvira Lara). Ella vivía en Barcelona hasta que su padre muere en un accidente de tráfico, provocando, a su vez, una ruptura física y emocional con su madre, Delia (Antonia Zegers), de origen chileno, que sigue afincada en Cataluña conduciendo un taxi en horario nocturno. Anabel emprenderá su propio viaje Tortuga a Barcelona para cursar Comunicación Audiovisual y volverá a convivir con su madre en un contexto de precariedad social que pondrá a prueba la relación madre-hija bajo la figura omnipresente del duelo sin resolver.

los tortuga 2025
© A Contracorriente Films

La dirección de Belén Funes es un ejercicio hiperrealista que por momentos se acerca a la película documental. Sobre todo en su introducción, rodada en las hectáreas de su propia familia en Jaén. Hay una minuciosidad por mostrar el trabajo manual de la recogida de la oliva y toda una idiosincrasia que define a esta familia, pero, también, a una tradición telúrica arraigada en Andalucía basada en la religión e incluso la fe y la superstición. El plano detalle de los objetos es recurrente y la cámara los acompaña hasta despojarlos de su cualidad inerte para dotarlos de simbolismo y significación. La orgánica cámara al hombro y los planos cerrados sobre los rostros de sus personajes consiguen una verdad sustentada en la excelente dirección de actores, mezcolanza de actores profesionales y amateurs. Pese al carácter intimista del relato, Funes también aleja el encuadre de los personajes para situarlos en el espacio que cohabitan y dar un sentido narrativo que contrapone el ambiente rural y el urbano.

Dentro de esta virtud hay otra aún mayor, que es la decisión de confiar el personaje protagonista de Delia a la actriz chilena Antonia Zegers, que ha destacado en películas dirigidas por Pablo Larraín como El Club o Post Mortem. En la mirada de Delia hay un sinfín de experiencias que han forjado cada grieta de su piel, todavía empeñada en sonreír. Desde la inmigrante chilena que abandonó su país por amor, dejando atrás su vida y a todos sus seres queridos que ahora ve apagarse en la distancia, hasta aquella que construyó una familia en Barcelona y que se hizo añicos junto al coche en el que viajaba su pareja. Persona, mujer, madre y sustento de familia a la vez que, al mismo tiempo, intenta suturar las heridas que aún no acaban de cicatrizar y que la llenan de fragilidad. Toda esta maraña de complejos y contradictorios sentimientos se encuentran en la mirada de una Zegers, a la que no sería inusual ver en la temporada de premios.

No podría tener mejor compañera de reparto que la debutante Elvira Lara, que ejerce el contrapunto filial y generacional como Anabel. Funes le otorga una de las escenas mejor construidas de la película, sumado al buen uso de los elementos visuales y el efecto sonoro, que completan una secuencia de gran tensión narrativa. También tiene mucho mérito sostener la réplica al animal interpretativo y experimentado que es Zegers en uno de los puntos de inflexión de la película donde se evidencia la discordancia entre los personajes dentro del taxi.

los tortuga 2025 pelicula
© A Contracorriente Films

En su apartado técnico, al depurado trabajo de dirección por parte de Funes en cuanto a la dirección de actores, los movimientos de cámara y la elección de los tipos de planos para reforzar la acción y transmitir veracidad al espectador, se suma la destacable edición de sonido a cargo de Abraham F. Apresa (Por donde pasa el silencio), que, junto a la banda sonora, logra introducirse en la mente de los personajes y dotar a la película de una atmósfera muy personal, sobre todo, en los tramos nocturnos de la ciudad-

La película trata en su periferia una cantidad de temas sociales como la desruralización, la precariedad laboral, la explotación turística de la vivienda, la invasión del campo por parte de las fotovoltáicas que amenazan el entorno rural y algunas que otra más que pueden hacen perder el foco de la historia central entre madre, hija y un padre ausente pero presente en esta relación. Esta ambición diluye la fuerza del mensaje central y el uso de ciertas elipsis temporales, unido a la aparición de personajes que entran y salen con demasiada facilidad y con los que nunca llegas a empatizar, hace que el espectador se vea en la obligación de parar y reevaluar qué momento de la historia se cuenta.

los tortuga pelicula
© A Contracorriente Films

No obstante, las virtudes que Belén Funes y su equipo aportan a Los Tortuga inclinan la balanza hacia un lado positivo, ofreciendo una historia humana donde la emoción brota de la búsqueda del equilibrio entre lo que madre e hija necesitan para sanar y avanzar juntas. La película abraza, de este modo, las fragilidades individuales de sus personajes protagonistas para acabar construyendo una fortaleza común con la que seguir cargando el caparazón que nos acompañará durante toda una vida.

NOTA: ★★★☆☆

«LOS TORTUGA», YA EN CINES.


TRÁILER:

PÓSTER:

los tortuga poster
© A Contracorriente Films

¡SÍGUENOS!

Jesús Casas

Jesús Casas

Técnico Superior. Coordinador de Deportes. Curioso cultural y ávido consumidor de cine clásico (Hitchcock - Buñuel - Ford). Madrid.

mundoCine
Política de privacidad y cookies de mundoCine

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. Al aceptar las cookies, la información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web, ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles y para mejorar la publicidad y orientar los anuncios según qué contenido es relevante para los usuarios.