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CRÍTICA (28FestivalMálaga): «También Esto Pasará»

Una adaptación fiel al espíritu de la prosa de Milena Busquets.

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© A Contracorriente Films 

Milena Busquets ha conseguido labrarse un hueco en la literatura contemporánea española gracias a su profundamente personal e introspectiva prosa. Su novela También esto pasará es una elegante y calculada reflexión sobre la pérdida, el deseo y la naturaleza cambiante de estos dos. Sin caer en el sentimentalismo, Busquets dibuja a su protagonista, Blanca, como una mujer a la deriva tras la muerte de su madre. Una mujer que busca el consuelo en los placeres perecederos en vez de en el luto estructurado. En este sentido, la adaptación cinematográfica que hace María Ripoll (Yo no soy esa) de la novela se mantiene fiel a este crudo y poco matizado enfoque, optando por una dirección tan distante como inversiva, permitiendo al espectador experimentar la inquietud de Blanca (Marina Salas) sin demandar su empatía hacia ella.

Y es que, la dirección de Ripoll parece deliberadamente contenida, casi cínica en su enfoque. El hecho de no querer edulcorar o justificar las decisiones de Blanca hace que no pretenda moralizar su comportamiento, tratando de evitar en todo momento que el espectador reciba ningún tipo de explicación sobre por qué Blanca decide actuar como actúa. En vez de esto, También esto pasará se desarrolla a partir de una serie de planos estáticos que exponen el desorden de Blanca sin enjuiciarlo.

Una distancia que, sin embargo, no esteriliza el componente emocional de la película, sino que profundiza en su complejidad. A través de cambios abruptos en el ritmo y la puesta en escena, Ripoll es capaz de trasladarle a la audiencia ese desconcierto sobre las motivaciones de Blanca, impidiéndoles llegar a comprenderla en su totalidad. Planos cortos se entrometen en momentos de supuesta intimidad, tornando en amplios planos que enfatizan la vastedad de su soledad. Un dinámico plano cámara en mano sigue a Blanca a través de las calles de Cadaqués para, justo después, volver a una composición visual más lenta y estática que fuerza a la audiencia a contemplar su silencio. Una fragmentación que simboliza los propios estragos de la protagonista a la hora de definirse a ella misma tras la pérdida, haciendo de esta adaptación de También esto pasará una traducción visual de la agitación interna que sufre Blanca.

Imagen de la película También esto pasará
© A Contracorriente Films 

Una Blanca a la que da vida Marina Salas (Yo, adicto) con un atractivo innegable. En vez de interpretar una consecución de convencionales gestos propios del duelo, imbuye al personaje de una elusiva y ligera calidad que la convierten en una figura tan exasperante como profundamente convincente. Su habilidad a la hora de navegar a través de las contradicciones de Blanca –ese hedonismo desesperado, su fría apatía o los momentos de repentina vulnerabilidad– le aseguran mantener al personaje como la figura enigmática que es. Marina no parece pretender con su actuación que la audiencia empatice con Blanca, más bien les “obliga” a presenciarla. A ella, y a su certera y natural complejidad. A una Blanca tan frustradamente llena de vida como recoge la novela de Busquets.

Junto con Marina, uno de los grandes logros de la película es el uso visual que hace También esto pasará de su escenografía. Cadaqués, con sus cegadoras casas color cal, su infinito mar azul y escabroso paisaje; no se limita a ser un marco bonito, sino un participante activo en la historia de Blanca. Los amplios planos de las soleadas calles del pueblo o la exposición del mar Mediterráneo no sirven únicamente como un contraste estético del caos interior de Blanca, sino que subrayan la fundamental verdad de que, a pesar de su duelo, el mundo continúa existiendo. Inalterado. Indiferente.

Imagen de la película También esto pasará
© A Contracorriente Films 

Unos paisajes que son empleados por Ripoll de una manera similar con la que Sorrentino dibujó Nápoles en su Parthenope: otorgándoles el contrapunto perfecto al estado emocional de la protagonista. A través de las composiciones visuales en las que Blanca pertenece a algo más amplio que ella misma, Ripoll consigue capturar la paradoja del duelo: se siente como el fin del mundo, pero éste sigue inexorable.

Un mundo, el de También esto pasará, en el que parece no pasar nada. Blanca va a la deriva entre encuentro y encuentro, una localización sucede a la anterior; todo sin una clara resolución o transformación. Y, sin embargo, en su aparente pasividad, subyace la esencia del poder de la película. También esto pasará es una cinta sobre el insoportable peso que uno carga tras la pérdida, sobre cómo el duelo no es siempre algo ruidoso y dramático, sino que en ocasiones se manifiesta en pequeños y aleatorios momentos.

Al igual que le pasa a la novela de Busquets, la película no busca otorgar respuestas. Es una mera observación hacia Blanca, su mundo, los espacios que habita, las personas con las que convive y a aquellas a las que deja atrás. Al tratarlo de esta forma, También esto pasará logra capturar algo profundamente humano: la intranquila búsqueda de un significado ante algo tan absoluto como la muerte.

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© A Contracorriente Films 

Por ello, podríamos considerar que la adaptación de Ripoll no es una película fácil, tampoco tiene intención de serlo. No aporta confort o un cierre magnánimo. En vez de eso, se proyecta, al igual que el propio duelo, en los espacios entre momentos. En los silencios entre palabras. Un rechazo por conformarse  con la estructura narrativa convencional y las resoluciones emocionales que la mantienen fiel al espíritu de la prosa de Milena Busquets.

NOTA: ★★★★½

«TAMBIÉN ESTO PASARÁ», ESTRENO EN CINES EL 9 DE MAYO.


TRÁILER:

PÓSTER:

Poster de la película También esto pasará
© A Contracorriente Films 

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Mario Hernández

Mario Hernández

Cinéfilo granadino de la generación del 98 (1998 más concretamente), amante del cine independiente y las grandes sagas. Entusiasta de una buena sesión de peli y manta, soy graduado en Economía por la Universidad de Granada (UGR) con nivel C1 de inglés. Actualmente, estoy realizando el curso de Crítica de Cine en la Escuela de Escritores de Madrid.