CríticasPelículas

Crítica de ‘Un Simple Accidente’ [73SSIFF]: Somos zombies.

mundoCine - un simple accidente jafar panahi
© La Aventura

En 1996, Mohsen Makhmalbaf estrenó su obra maestra A Moment of Innocence. En ella, el director se reunía con el policía al que, veinte años antes, había apuñalado durante una protesta contra el régimen del Sha, por lo que fue detenido y pasó varios años en la cárcel. Mediante la película, Makhmalbaf hacía las paces con su pasado mediante uno de los gestos cinematográficos más poderosos del cine iraní. Su legado ha pasado a la historia.

‘It Was Just An Accident’ (‘Un Simple Accidente’), la Palma de Oro de Cannes 2025 ya tiene tráiler y fecha de estreno en España.
TE PUEDE INTERESAR
‘It Was Just An Accident’ (‘Un Simple Accidente’), la Palma de Oro de Cannes 2025 ya tiene tráiler y fecha de estreno en España.

Jafar Panahi es un cineasta de una importancia infinita. Primero, por su flexibilidad, talento y virtuosismo a la hora de narrar. Su estilo navega entre la inmediatez del documental y los parámetros formales de un cine heredero de Abbas Kiarostami. Segundo, y no menos importante, por su compromiso y militancia política. Un aspecto que le ha costado no solo la libertad de rodar de forma convencional en varias ocasiones, sino también aspectos de su vida personal e integridad física. Su filmografía, a partir de This Is Not a Film, ha estado dedicada a la imposibilidad de rodar, tras ser acusado de hacer propaganda en contra del régimen. Esta terrible restricción no le impidió rodar las imprescindibles 3 Faces (2018) y Los osos no existen (2022). Pero sí frenó por completo la producción de películas cuando fue encarcelado en 2022. No fue hasta 2023 que fue liberado y pudo salir del país después de catorce años.

Panahi será un genio y un valioso activista político, pero, ante todo, es humano. En sus películas podrá sonreír y mostrarse de muchas formas, pero no podemos ni imaginar el dolor que ha sufrido (y sigue sufriendo) a manos de un sistema que ha tratado de acabar con él en varias ocasiones. Ese resentimiento, completamente justificado, es el punto de partida de su nueva película: Un simple accidente, ganadora de la Palma de Oro en Cannes y que aterriza ahora en el Festival de San Sebastián. Una película brillante por tantas cuestiones que ordenarlas se hace complejo.

mundoCine - un simple accidente pelicula
© La Aventura

La película abre con –lo habéis adivinado– un simple accidente. En la oscuridad de la noche, un perro es atropellado por un coche conducido por Eghbal, un antiguo torturador del régimen iraní que vuelve a casa con su mujer e hijo. Este hecho fortuito lo conduce a un taller donde un trabajador, Vahid, le reconoce. No por su cara, la cual ni siquiera llega a ver (en una secuencia brillantemente dirigida), sino por su andar. Su particular cojera lo delata. La sed de venganza lleva a Vahid a secuestrarlo con la intención de enterrarlo vivo, debido a que sus horribles torturas le dejaron secuelas físicas y psicológicas para toda la vida. Pero, en el momento de la verdad, Vahid duda. ¿Será realmente él?

Este planteamiento –que recuerda, extrañamente, a La muerte y la doncella de Roman Polanski– le abre un abanico de posibilidades a Panahi, y no desaprovecha ni una. Lo que originalmente parece un thriller de venganza, poco a poco da paso a la comedia. A medida que Vahid busca y, de alguna manera, recluta a otras víctimas de este terrible torturador, la situación se vuelve cada vez más insostenible. Aunque los motivos de cada uno sean similares, todos tienen distintas maneras de acercarse a esta oportunidad de venganza. Algunos son histéricos; otros sosegados. Y esto desemboca en momentos, imágenes y secuencias enteras llenas de ingenio. Por momentos, la película, de una temática tan dramática y seria, se desprende de la gravedad de su premisa y se vuelve deliberadamente absurda, distanciándose del realismo de otras de sus películas.

mundoCine - un simple accidente
© La Aventura

Entre el thriller y la comedia, Panahi da con momentos de humanidad gloriosos. Sin entrar en spoilers, la aparición de buenos samaritanos que únicamente desean hacer el bien remonta a su primer largometraje, El globo blanco (1995), donde ya aparecen esta clase de personajes que solo aportan luz a ese mundo tan gris en el que habitan sus protagonistas. Esta humanidad es impagable, tanto como la que pueden mostrar otros grandes cineastas como Kaurismäki en algunas de sus mejores películas.

Panahi hace aquí su película de ficción más narrativa desde El círculo (2000). Su presencia no está por ningún lado (como sí lo ha estado en sus últimos cuatro títulos), pero su mano detrás de las cámaras es inconfundible. La excelsa planificación de sus secuencias –muchas en un sencillo pero impresionante plano secuencia, con ligeros movimientos de cámara (paneos en su mayor parte, con algún que otro uso de travelling y cámara en mano)– confirma a un cineasta en plena forma. No es nada que no hayamos visto en Los osos no existen, aunque al tratarse de un dispositivo narrativo sin restricciones, las posibilidades expresivas se disparan.

TE PUEDE INTERESAR
Crítica de ‘Valor Sentimental’ (‘Sentimental Value’) [73SSIFF]: El cine como familia y como forma de habitar en el mundo.
Crítica de ‘Valor Sentimental’ (‘Sentimental Value’) [73SSIFF]: El cine como familia y como forma de habitar en el mundo.

La dirección de actores brilla aquí por encima de otras muestras en su filmografía. Muchos son intérpretes sin apenas experiencia previa, en busca de la misma autenticidad que hallaba Kiarostami en sus películas. Y muchos dan interpretaciones de lo más interesantes e intensas, en especial sus dos protagonistas: Vahid Mobasseri (Vahid) y, sobre todo, Maryam Afshari (Shiva), que contiene toda su rabia y frustración hasta una última escena explosiva y tremenda. El actor más profesional no es otro que el epicentro de la historia: el torturador interpretado por Ebrahim Azizi, que tiene algunas de las escenas más exigentes desde el punto de vista interpretativo. Pero Panahi consigue que todos den lo mejor de sí, incluso manejando unos diálogos tan elaborados como estos. Diálogos que, por otra parte, quizá son demasiado complejos como para pasar por espontáneos. ¿Es eso un problema? No realmente.

Jafar Panahi se explaya y se desahoga por medio de sus personajes y sus acciones de forma realmente honesta, sin renunciar nunca a la crudeza. Habla desde un resentimiento absoluto, pero con la capacidad de echar el freno y reflexionar sobre todo lo que está representando en su película. La secuencia final –sin ánimo de revelar su contenido– es una de las muestras más puras del discurso político de Panahi. Por medio de un fuera de campo de insoportable tensión, y gracias a un simple gesto que condensa todo lo construido con anterioridad, el director pone un arrebatador punto final. Uno de los momentos más poderosos del año y que, de alguna forma, retrotrae al final de A Moment of Innocence.

mundoCine - un simple accidente 2025
© La Aventura

En definitiva, Un simple accidente es una de las películas del año, y quizá la mejor película de su director.

NOTA: ★★★★½

«UN SIMPLE ACCIDENTE» SE PROYECTA EN EL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN Y SE ESTRENA EL 17 DE OCTUBRE EN CINES.


TRÁILER:


¡SÍGUENOS!

Enrique Constans

Enrique Constans

Licenciado en cine documental por la ECAM, donde realizó varios cortometrajes en calidad de director, guionista y montador. Además, ha estudiado guion y crítica cinematográfica y dirigido y escrito varios cortometrajes. Actualmente se dedica tanto a la escritura de ficción como a la docencia de Historia del Cine en la UNED.

mundoCine
Política de privacidad y cookies de mundoCine

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. Al aceptar las cookies, la información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web, ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles y para mejorar la publicidad y orientar los anuncios según qué contenido es relevante para los usuarios.