‘Avatar: Fuego y Ceniza’, la tercera entrega de la saga dirigida por James Cameron, llega hoy a los cines y promete fuego, lágrimas y batallas en Pandora.
Una nueva tribu amenaza a nuestra querida familia Na’vi.
Después del agua, llega el fuego. Y cuidado, que quema. Hoy Pandora vuelve a abrir sus puertas con el estreno en cines de Avatar: Fuego y ceniza, la esperadísima tercera entrega de la epopeya interminable de James Cameron. Y un aviso de amigos: si todavía no tienes tus entradas, que la gran madre Eywa te acompañe, porque están volando.
Y ojo al pack de bienvenida que os espera en la butaca: es muy probable que, antes de viajar a Pandora, podáis disfrutar en pantalla gigante del tráiler de El día de la revelación, la nueva película sci-fi de Steven Spielberg, el teaser exclusivo, pero filtradísimo, de Vengadores: Doomsday, del que todo el mundo habla, y el prólogo de La Odisea, de Christopher Nolan.
Pero vamos a lo que nos importa. La historia de Avatar: Fuego y ceniza arranca apenas unas semanas después de los eventos de El sentido del agua. Los Sully intentan seguir adelante, pero la sombra de Neteyam es alargada y el dolor por su muerte en la escaramuza contra la RDA ha dejado a la familia rota. Jake y Neytiri están lidiando con la pérdida como pueden, pero la paz les va a durar poco. En esta ocasión, Cameron nos presenta a dos nuevas tribus que prometen dar mucho juego: los Comerciantes del Viento (nómadas pacíficos de los cielos) y, sobre todo, el Pueblo de las Cenizas. Liderados por Varang, este último clan no ha venido a hacer amigos. Son Na’vi resentidos, marcados por la devastación volcánica y que, atentos a esto, culpan a Eywa de sus desgracias.
El reparto vuelve a reunir a muchas caras conocidas de las entregas anteriores: Sigourney Weaver, Kate Winslet, Cliff Curtis, Joel David Moore, Edie Falco, Dileep Rao, Britain Dalton, Trinity Jo-Li Bliss, Jack Champion y Bailey Bass. A ellos se suman incorporaciones notables como Michelle Yeoh, David Thewlis y Oona Chaplin, quien interpreta a Varang.
Recordad que El sentido del agua y Fuego y ceniza iban a ser una sola película, pero la ambición de Cameron es tan masiva que no tuvo más remedio que partirla en dos. Ambas, de hecho, se rodaron a la vez, en un rodaje principalmente en Nueva Zelanda que comenzó en septiembre de 2017 y duró 18 meses.
Worthington dice: «Es casi una continuación directa del final de la segunda película. Es, literalmente, donde vemos cómo empiezan a desmoronarse. Jake vuelve a su esencia, que es simplemente ser un soldado raso, porque tiene sentido que vuelva a la guerra, que haga lo que le han entrenado para hacer… cree que eso le ayudará a superar el dolor. Y ese desgarro, así como las presiones del mundo exterior y las presiones de otros clanes que intentan empujarlos a reunirse para encontrar una solución por el bien común, es lo que exploramos».
Según el director, coguionista y productor, «esta es una película sobre una familia que asimila lo que significa estar en guerra, que los niños estén en guerra, que los padres dejen ir a sus hijos y confíen en ellos lo suficiente como para saber que tomarán las decisiones correctas. Este es un tema importante en la película. Y para Jake, que acaba de perder a un hijo, su instinto protector se traduce en ser un padre casi tiránico».
Saldaña, por su parte, expresa: «Siento un cariño especial por Neytiri. Creo que a todos nos gustaría tener un corazón rebelde como el suyo, y ella es una joven que, por desgracia, tiene toda su vida planificada. Era hija de un Tsahik y una Olo’eyktan, por lo que, básicamente, era de sangre real, y eso le suponía una gran responsabilidad: cumplir con algo para lo que no estaba preparada. Y parte de su espíritu rebelde significa que encontró el amor en el lugar más inusual, que es en este humano que se presentó en forma de avatar. Neytiri es justo el tipo de persona que quiero ser en cuanto a mantenerme fiel a lo que creo, luchar por lo que creo e intentar ser yo misma. No creo que Neytiri quiera estar donde está al principio de la película. Creo que está pendiendo de un hilo. Su corazón está lleno de tristeza y ya no tiene respuestas. Creía saber lo que necesitaba. Creía saber que el amor lo conquistaría todo. Y no creo que ella crea que pueda lograrlo. No cree que sea capaz de hacerlo, y su fe, por primera vez en su vida, se ve puesta a prueba».
¿Qué dice la prensa? Nuestro compañero Jesús Casas ya ha dictado sentencia en su crítica (tranquilos, sin spoilers): la califica como «el mayor espectáculo visual de la saga». Casi nada.
Ahora os toca a vosotros juzgar si este Avatar es un copia y pega de la segunda cambiando el azul del agua por el rojo del fuego. Nuestro consejo de siempre: id descansados. Os esperan 3 horas y 17 minutos de oscuridad y fuego. No digáis que no os avisamos.
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