‘Frankenstein’, de Guillermo del Toro, y cómo Jacob Elordi, el australiano de ascendencia vasca y 1,96 m, se transformó en la Criatura.
De galán adolescente a monstruo inolvidable: la metamorfosis de Elordi.

Jacob Elordi ha pasado de ser el white boy favorito de Twitter –perdón, X– gracias a su debut romántico en Mi primer beso y al fenómeno adolescente de Euphoria, a adentrarse en papeles más «serios» con el objetivo claro de sacudirse de una vez por todas la etiqueta del «chico mono» a secas. Y, sí, lo ha conseguido. Porque con Frankenstein, de Guillermo del Toro, firma una interpretación como la Criatura que ha dejado a más de uno con la mandíbula en el suelo y, en no pocos casos, con el corazón inesperadamente roto.
En esta nueva reinterpretación del clásico de Mary Shelley, Elordi está arropado por un reparto estelar: Oscar Isaac (Ex Machina), Mia Goth (X) y Christoph Waltz (Malditos bastardos). Incluso Santiago Segura se cuela con un cameo que nadie vio venir. Pero, aun rodeado de pesos pesados, quien ha acaparado el fervor del público ha sido el rompecorazones australiano, quien, de hecho, tiene ascendencia vasca por parte de su abuelo. En una entrevista, él mismo llegó a corregir un texto que decía que tenía sangre española, diciendo que no, que era vasca.

Y pensar que, en un principio, la Criatura iba a ser Andrew Garfield, nuestro Spider-Man nº 2. El actor británico-estadonidense abandonó el proyecto apenas unas semanas antes del rodaje debido a conflictos de agenda, un revés considerable para Del Toro, que llevaba años soñando con esta película. Fue entonces cuando apareció él: Jacob Elordi.

Sus 1,96 m de estatura le dieron una ventaja sobre Garfield, que medía 1,79 m. Pero no fue la estatura lo que cautivó a Del Toro, ni mucho menos. Igual que Víctor Frankenstein al ensamblar a su criatura pieza a pieza, el cineasta buscaba otra parte del cuerpo en concreto, tal y como revela a Netflix Tudum. «Yo selecciono los ojos», explica el director mexicano, ganador de un Óscar. «Los ojos del actor son los que definen al personaje». Y en los de Elordi, al parecer, Del Toro encontró justo lo que buscaba. De hecho, según cuenta a Vanity Fair, la conexión entre ambos fue instantánea: «Jacob es el actor perfecto para la Criatura y tenemos una conexión sobrenaturalmente buena».
Mike Hill, el legendario diseñador de criaturas, coincide por completo. «Lo que pasa con Jacob es que lo tiene todo en uno», proclama. «Richard Donner decía que tuvo que rezar a Dios para que le enviaran a su Superman, Christopher Reeve», y, cuando Guillermo le sugirió a la imponente estrella de Euphoria, sintió que sus propias plegarias también habían sido escuchadas.
Oscar Isaac no se olvida de la emoción de Del Toro: «Guillermo me llamó y me dijo: “¡Lo encontré! La Criatura podría ser Jesús, pero con Jacob, es Adam. Es el primer ser humano”».


Elordi, de 28 años, relata, en una entrevista para Netflix Tudum, que vivió el rodaje como algo parecido a cuando de niño entraba uno en una tienda de chuches: «Para mí, como actor, era necesario venir y hacer esto con Guillermo. Necesitaba sentarme con alguien que me dijera que las películas son muy importantes. Que esto es el paraíso. El reparto es increíble. Son todos pesos pesados y personas a las que he visto toda mi vida. Trabajar con ellos fue increíble. Simplemente, nos abrimos el corazón y nos mostramos todo lo que teníamos. Era como estar en una tienda de golosinas, y estos actores eran todos mis gusanos ácidos favoritos».
Para él, Frankenstein no ha sido un papel más, sino un punto de inflexión profesional y emocional: «Lo recordaré siempre. Ha reavivado por completo mi pasión por el cine… Ahora tengo una energía totalmente diferente hacia la realización de películas», asegura el actor. «Sentí que este papel me llegó en un momento en el que necesitaba resetearme por completo y reconstruirme como una nueva persona, que es exactamente el viaje que emprende la Criatura», continúa.

Para meterse en la piel y en las costuras de la Criatura, Elordi estudió de todo: desde la danza japonesa butoh hasta los movimientos de su golden retriever, Layla (que aparece en la imagen de arriba), para interpretar el viaje desde la ingenuidad de sus ojos abiertos hasta su endurecida existencia. De hecho, Layla ni siquiera se asustó al ver a su dueño así: «Le encantó. No ladró, ni se sintió amenazada».
El actor profundiza aún más en esa lectura corporal cuando habla con Variety: «Cuando nace, casi no lleva nada puesto. Tiene el pecho abierto y la cabeza alta. Luego, cuando empieza a sentir dolor, como nos pasa a todos en la adolescencia, empieza a encorvar los hombros. Y, de adulto, se cierra en sí mismo».
«La forma en la que Jacob lo interpreta como un bebé al principio es maravillosa, y luego, la forma en la que se mueve como un hombre es muy conmovedora, y todo eso es mérito suyo», añade Del Toro. «Jacob llegó con todo eso ya formado».

Parte del mérito también fue del maquillaje. Elordi se sometió a interminables sesiones de prótesis –Mike Hill y su equipo crearon 42 piezas distintas solo para él–, se puso dentaduras postizas y unas enormes lentillas marrones que borraban cualquier rastro del actor para dejar solo al ser que Del Toro veneraba desde niño. «Mike Hill es un genio. Le gusta Frankenstein tanto como a Guillermo. Quería ser lo más tranquilo y respetuoso posible con su proceso. Los dibujos originales que Mike hizo para este maquillaje son increíbles, impresionantes. Se me llenan los ojos de lágrimas cuando veo cómo dibuja la anatomía de un ser humano recomponiéndose. Es, sin duda, uno de los mejores artistas que he conocido», subraya Elordi.
Y fue ahí, entre prótesis, dentaduras y capas de maquillaje, donde la transformación empezó de verdad. «Desde el momento en que entré en la caravana de maquillaje, [la interpretación] comenzó y cobró vida», reconoce el actor. «Guillermo dijo que esto no sería solo una meditación, sino una metamorfosis».


La voz también jugó un papel decisivo en la construcción del personaje. Elordi confiesa que fue la propia dentadura postiza la que le marcó el camino: «La dentadura que llevaba me indicó exactamente cuál era su voz. Me metía en mi habitación y empezaba a hacer cantos guturales frente al espejo. Luego me ponía los dientes y la Criatura simplemente empezaba a hablar». Lo que surgió fue una voz casi imposible de encasillar: «Hay una composición de muchas voces diferentes. Aprende el lenguaje del ciego [interpretado por David Bradley]. Es difícil articular una sola cosa».
Oscar Isaac, en un artículo de Independent, destacó cómo una sola palabra –“Víctor”– podía contenerlo todo: «El hecho de que la Criatura solo utilice estas pocas sílabas y las impregne de diferentes tonos es pura honestidad. Estos pequeños movimientos de la boca, la forma en que Jacob lo hace, crean toda una gama de emociones con un par de sílabas».


Elordi resume así su preparación: «Tuve unas cuatro semanas para prepararme realmente para la producción. Llega un momento en el que tienes que dejar atrás el mundo. Tienes que cerrar emocionalmente todas las puertas de tu casa. Tienes que cerrar los oídos y los ojos y cambiar tu forma de ver las cosas… Todas las cosas normales que harías en un día –comer, ducharte– tienen que adoptar una nueva vida para poder transformarse en otra cosa».
Durante el rodaje, Del Toro llegó a creer que Elordi era «sobrehumano». El actor no solo soportó jornadas agotadoras, sino que puso su cuerpo en peligro corriendo descalzo por un bosque o escalando el costado de un barco. «Nunca vino a mí para quejarse», se maravilla del Toro.

Sobre los temas que atraviesan la película, Elordi apunta: «Es una exploración de la relación arquetípica entre padre e hijo, tanto a nivel físico como emocional y espiritual. El perdón es una parte fundamental de la película y del viaje vital de la Criatura. No se puede superar un trauma hasta que no se ha afrontado, se han procesado los sentimientos y se ha aprendido a perdonar lo que lo causó. A través del perdón, la Criatura aprende que finalmente puede ser humano. Puede ser una persona, pero la forma en que lo descubre no es a través de la violencia o la venganza. Es a través de ver realmente a otra persona, comprenderla y comprender los defectos de su padre, que su padre también vino de algún lugar. Tenemos tres generaciones de hombres. Conoces al padre de Víctor y ves cómo Víctor reconoce el terror que era su padre. Pero entonces Víctor se convierte en ese terror. La criatura también se convierte en el terror, pero es capaz de tomar el trauma y convertirlo en otra cosa».
El actor también arroja luz sobre uno de los debates eternos de Internet: ¿cómo debemos llamar realmente a la Criatura? ¿Frankenstein? ¿El monstruo? Su respuesta: «Es irrelevante, ¿no?». Lo que importa no es su nombre, sino lo que significa para la propia Criatura, que para el actor es «amor» al principio y luego, una vez que encuentra la conciencia, se convierte en «¿por qué?».

¡SÍGUENOS!
- ‘Els de Sau’, el biopic de la banda de rock catalana Sau, concluye su rodaje. - noviembre 19, 2025
- La policía acorrala a los Castillo en el tráiler de ‘Los Protegidos: Un Nuevo Poder’, que contará con el regreso de Jimena. - noviembre 19, 2025
- ‘Jumanji 3’ muestra su primera imagen y sugiere que la jungla podría invadir el mundo real en plena Navidad. - noviembre 19, 2025
