‘Regreso al Futuro’ celebra su 40 aniversario en cines y estas 10 curiosidades son casi imposibles de creer.
¿Quién diría que ni Michael J. Fox ni Christopher Lloyd podrían haber sido Marty y Doc?

Regreso al futuro, el clásico imperecedero de Robert Zemeckis, sopla cuarenta velas. Sí, cuatro décadas ya desde que un adolescente (que de gallina no tenía nada), un científico loco y un coche no tan coche redefinieran la ciencia ficción.
Y aunque, por desgracia, seguimos sin disponer de una máquina del tiempo que nos devuelva a 1985 para revivir aquel estreno en pantalla grande, Universal Pictures nos brinda ahora la posibilidad de retroceder en el tiempo desde la comodidad de una butaca, sin riesgo de alterar el continuo espacio-tiempo.
Poco hay que presentar a estas alturas. Regreso al futuro sigue a Marty McFly, un estudiante de secundaria de 17 años que es amigo de Doc, un excéntrico científico que ha construido una máquina del tiempo. Por accidente, Marty viaja al año 1955, donde, sin querer, impide que sus futuros padres se enamoren, poniendo en peligro su propia existencia y desencadenando una carrera contrarreloj para volver a encarrilar la historia.
Y como la ocasión lo merece, aquí van diez curiosidades que quizá desconocías…
1. La película podría no haberse titulado Regreso al futuro.

A Sid Sheinberg, mandamás de Universal por aquel entonces, no le convencía el título Regreso al futuro. Tanto así, que envió un memorándum a Robert Zemeckis (director y coguionista) y Bob Gale (coguionista) exponiendo sus razones y proponiendo una alternativa que, en su cabeza, sonaba mucho mejor: Spaceman from Pluto (El astronauta de Plutón, en español).
Por fortuna, el productor Steven Spielberg le respondió con sarcasmo: «Gracias por tu divertido memo, Sid. Nos hemos reído todos». Y nunca más se habló del asunto.
2. El guion fue rechazado 44 veces.

¿Quién lo diría? Regreso al futuro fue un proyecto huérfano que nadie quería adoptar. Columbia Pictures fue la primera en decir «no», y no sería la última: en total, 44 rechazos se acumularon sobre la mesa de Robert Zemeckis y Bob Gale.
Cuando mostraron el guion a su amigo (y leyenda del cine), Steven Spielberg, a él le encantó: «Era una historia inusual, pero basada en principios tradicionales: la familia, la madurez, los sueños, los deseos y la brecha generacional. Era realmente fantástica».
Spielberg, de hecho, quiso producirla bajo el sello de Amblin Entertainment, pero Zemeckis y Gale temían ganarse fama de oportunistas por ser «los amigos de Spielberg», así que siguieron insistiendo.
Columbia la consideró «demasiado dulce», Universal dijo inicialmente que «las películas de viajes en el tiempo no dan dinero» y Disney se escandalizó por lo «incestuosa» que le pareció la trama.
3. Michael J. Fox casi no fue Marty McFly.

Parece imposible imaginar a otro Marty McFly, pero durante un breve y turbulento mes de rodaje, el adolescente más famoso de Hill Valley no tenía la cara de Michael J. Fox, sino la de Eric Stoltz.
Fox siempre fue la primera opción de Zemeckis y Gale, pero no estaba disponible debido a conflictos de agenda con su trabajo en Enredos de familia. Así que, tras verlo en Máscara, el papel recayó en Stoltz, que abordó la comedia de viajes en el tiempo como si fuera un drama existencial. En el set, exigía que todos lo llamaran Marty, incluso fuera de cámara. Tras cuatro semanas de rodaje y unos 40 minutos de metraje, Zemeckis, Gale y Spielberg concluyeron que no encajaba. Stoltz fue despedido –de mutuo acuerdo– y cobró su salario completo.
El cambio supuso regrabar gran parte de la película y costó 3 millones de dólares adicionales. Afortunadamente, en ese momento Enredos de familia le dio un respiro a Fox, que aceptó el papel y se organizó jornadas maratonianas: grababa la serie de día y rodaba Regreso al futuro de noche.
Ah, y por si te lo preguntas: entre los candidatos que también audicionaron estaban John Cusack, Charlie Sheen, Ralph Macchio y un tal Johnny Depp.
4. De McDermott a McFly.

En los primeros borradores, el protagonista se llamaba Marty McDermott. El apellido se cambió porque tenía «demasiadas sílabas» y sonaba peor. Menos mal.
5. Christopher Lloyd casi rechaza el papel.

Aunque hoy resulte imposible imaginar a otro rostro gritando «¡1,21 gigavatios!», Christopher Lloyd estuvo a punto de decirle no al mismísimo Doc Brown. El productor Neil Canton fue quien lo recomendó para el papel, pero Lloyd, actor de formación teatral, estaba más inclinado hacia los escenarios, y tiró el guion a la basura.
Fue Robert Zemeckis, quien, empeñado en que él era el indicado, logró convencerlo al explicarle su visión del personaje.
6. La máquina del tiempo casi fue una nevera.

Parece mentira, pero el icónico DeLorean no estaba en los planes originales. En los primeros borradores del guion, la máquina del tiempo ni siquiera era un vehículo. Primero fue una «cámara temporal», una especie de sala donde Marty sería enviado al pasado con un chispazo de energía. Más tarde, se transformó en una nevera de los años 50, dentro del cual Marty se metería para viajar en el tiempo. Zemeckis y Spielberg acabaron descartando esta idea por miedo a que los niños intentaran imitarlo y quedaran atrapados. Entonces, a Zemeckis se le ocurrió la idea de utilizar un coche, ya que así la máquina del tiempo podría ser móvil y participar en escenas más emocionantes, y se optó por el DeLorean.
El mismísimo John DeLorean escribió una carta a los guionistas tras el estreno agradeciéndoles haber inmortalizado su coche: «Gracias por continuar mi sueño de una manera tan positiva». La película, además, renovó el interés por el coche, que había dejado de fabricarse en 1983.
7. De casi eliminada a escena icónica: Marty McFly toca Johnny B. Goode.

Para muchos, es inimaginable concebir Regreso al futuro sin ese momento en el que Marty McFly agarra la guitarra, se deja llevar por el ritmo y electriza a toda la sala al ritmo de Johnny B. Goode. Sin embargo, la mítica secuencia estuvo a punto de ser eliminada del montaje final.
Algunos ejecutivos del estudio consideraban que frenaba el ritmo de la película. No obstante, en las proyecciones de prueba, la sala entera estalló en vítores y aplausos durante la escena. El veredicto fue inmediato: esa escena no se tocaba (juego de palabras intencionado).
Michael J. Fox siempre la recordó como su secuencia favorita del rodaje, y no es para menos.
8. Fox tocaba, pero no cantaba.

Lo cierto es que Michael J. Fox no cantó él mismo el tema de Johnny B. Goode. Aprendió a tocar la pieza, pero el músico Mark Campbell fue el encargado de ponerle voz en lugar de Fox. Su nombre no apareció en los créditos finales para mantener la ilusión y recibió un porcentaje de los ingresos de la banda sonora como compensación por su anonimato.
9. El primer viajero en el tiempo iba a ser un chimpancé.

Antes de que Einstein se convirtiera en el inseparable compañero canino del doctor Emmett Brown, el guion original preveía algo muy distinto: un chimpancé llamado Shemp. Pero Sid Sheinberg, el mismo ejecutivo que quería rebautizar la película como El astronauta de Plutón, vetó la idea.
10. La saga se libra (de momento) de la secuelitis y la fiebre de los remakes.

Los derechos de la saga y sus secuelas pertenecen a Robert Zemeckis y Bob Gale, y ambos han sido tajantes al respecto. En una entrevista de 2015, Zemeckis aseguró que no se aprobará ningún reinicio ni remake mientras él o Gale sigan con vida.
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