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CRÍTICA: “El Astronauta” (“Spaceman”)

Una inusual pero inconsistente terapia de pareja en el espacio.

Imagen de la película El Astronauta (Spaceman) de Netflix
© Netflix

Si alguien te nombra a Adam Sandler, lo más probable es que pienses en películas como Niños grandes, Como si fuera la primera vez o Click. Unas películas que demuestran el lado más humorístico del actor. Pero, aunque se le conozca sobre todo por su faceta cómica, Sandler también ha demostrado que es capaz de interpretar a personajes más serios y dramáticos, como ya hizo en Diamantes en bruto. Ahora, a estos papeles de corte más serio se une El astronauta (Spaceman), una nueva película de Netflix.

Basada en la novela Spaceman of Bohemia, después de seis meses de misión de investigación en solitario en los confines del sistema solar, un astronauta, Jakub (Adam Sandler), se da cuenta de que el matrimonio que dejó atrás podría no estar esperándole cuando vuelva a la Tierra. Desesperado por arreglar las cosas con su mujer, Lenka (Carey Mulligan), recibe la ayuda de una misteriosa criatura del principio de los tiempos que se esconde en las entrañas de su nave. Hanuš (al que pone voz Paul Dano) trabaja con Jakub para entender lo que salió mal antes de que sea demasiado tarde.

Imagen de la película El Astronauta (Spaceman) de Netflix
© Netflix

El astronauta, lo nuevo del director de Chernobyl, Johan Renck, es una película contemplativa y meditativa que adopta un ritmo muy ‘slow-burn’ para contar su historia. No estamos ante una película de ciencia ficción, aunque su título El astronauta se incline hacia ello, sino ante una película más bien dramática. Así pues, en ella, nos adentramos en la psique de un astronauta, Jakub, y en su complicada relación amorosa con su mujer, Lenka. En este aspecto, recuerda un poco al Ad Astra de James Gray, que giraba en torno a la relación entre un astronauta y su padre como motivo central y también con un ritmo muy pausado. Una película, El astronauta, por lo tanto, no muy apta para aquellos que necesiten que pasen muchas cosas y que todo avance de una forma más ligera, unida a una historia con más recorrido.

Una película que será difícil de ver también para los aracnofóbicos debido precisamente al alienígena con aspecto a tarántula con el que se topa Jakub en la nave, aunque conforme avanza la película, uno se va acostumbrando a dicha especie hasta acabar empatizando e incluso confiando en ella. A esto contribuye mucho la voz de Paul Dano (The Batman, Prisioneros) – que anteriormente solo había puesto su voz en la película Where the Wild Things Are – que si bien no llega a parecerse del todo a la dulzura e inocencia de la adorable “Lucas the Spider”, tiene una voz profunda y grave que encarna el subconsciente y los remordimientos del protagonista, actuando como si de un terapeuta en una terapia de pareja se tratara. Un personaje, el de Hanuš, que en ocasiones nos llega a recordar a otros como Hal de 2001: Una odisea del espacio o incluso Yoda de la saga La guerra de las galaxias y, cuyo aspecto se ha trasladado en pantalla gracias al trabajo del aclamado diseñador de criaturas, Carlos Huante (Arrival).

Imagen de la película El Astronauta (Spaceman) de Netflix
© Netflix

Una película, desgraciadamente, con numerosas conveniencias de guion. La primera de ellas radica en el desarrollo de la relación entre los protagonistas, Jakub y Lenka, que debería ser el eje principal en una historia a modo de terapia de pareja, pero que nunca termina de cuajar. De hecho, no hay mucha química entre los dos actores, Adam Sandler y Carey Mulligan (Maestro, Promising Young Woman), aunque a veces sea eso lo que se quiere mostrar. La segunda se encuentra en el pasado de Jakub. El filme introduce tangencialmente el asunto de la caída del comunismo en Checoslovaquia a través de flashbacks en los que aparece el padre de Jakub. Sin embargo, esta subtrama se presenta de forma superficial y no se integra eficazmente en la narración principal, con una falta de desarrollo que puede dejar al espectador con la sensación de que un elemento muy importante se ha introducido de forma insatisfactoria. En cambio, el vínculo que se establece entre Hanuš y el protagonista – al que se refiere en numerosas ocasiones como “humano flaco” – es bastante más profundo y algo más interesante, además, su final provoca más emociones si lo comparamos con el resto de la película.

Imagen de la película El Astronauta (Spaceman) de Netflix
© Netflix

En definitiva, El astronauta supone el trabajo de Adam Sandler menos accesible para todos los públicos. Una película cuya fortaleza principal es la intrigante conexión entre el astronauta y su inusual compañero alienígena, Hanuš. Una atípica terapia de pareja que deja un sabor agridulce.

NOTA: ★★☆☆☆

“EL ASTRONAUTA” (“SPACEMAN”), ESTRENO MAÑANA EN NETFLIX.


TRÁILER:

PÓSTER:

Poster de la película El Astronauta (Spaceman) de Netflix
© Netflix

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Marta Medina

Marta Medina

Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad de Sevilla (US) y con un nivel C2 de inglés. Fundadora de mundoCine con diferentes roles como crítica, redactora y gestora de redes sociales. Amante del cine y seguidora de la temporada de premios y festivales de cine.