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CRÍTICA (72SSIFF): “Bound in Heaven”

Un terrenal encuentro entre almas perdidas.

© SSIFF

Bound in Heaven, lo nuevo de Xin Huo (Diverless), sigue la larga tradición del cine chino de contar historias sobre la resiliencia y el amor como contramedida a la dureza de la realidad que nos rodea. Películas como la ¡Vivir! de Zhang Yimou o la Un toque de violencia de Jia Zhangke, que son capaces de capturar la intersección en la que el trauma personal y los conflictos sociales se cruzan. Bound in Heaven penetra en este linaje, contándonos la historia de un joven quemado por una enfermedad terminal y una mujer víctima de abusos que navegan a través de un mundo de dolor y penitencia. Sin embargo, Xin Huo enfatiza los fugaces pero profundos momentos de felicidad que se atisban tras las esquinas más oscuras de la vida. La fuerza de la película reside en su habilidad a la hora de balancear la cruda realidad de los individuos con elementos terrenales que, eso sí, en ocasiones conducen a momentos de intensidad emocional que caen en el excesivo melodrama.

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Desde la primera escena, la naturaleza terrenal de Bound in Heaven es palpable. La puesta en escena elegida por Xin Huo lleva a la cinta por un sendero capaz de reflejar a la perfección el dolor interno que arrastran los personajes. Con una fotografía creada por Piao Songri (Sister) que se apoya en los tonos apagados, este elemento visual acompasa a la perfección la falta de luz que poseen las vidas de los amantes. Y no solo eso, sino que la selección de decorados y ubicaciones llevan al espectador a lo más profundo de la China industrializada, recorriendo junto a los protagonistas calles y localizaciones donde lo paupérrimo abunda, y gracias a lo cual se construye un refugio en forma de prisión para los personajes. Los decorados no solo son elementos que se quedan en el fondo de la imagen, sino una extensión de sus estados emocionales, tanto física como existencialmente hablando. 

La decisión de rodar usando meramente la poca luz que proveen las estrechas y agolpadas calles chinas añade una crudeza a la película que facilita esa sensación de verdad que esta transmite. A medida que el joven lucha con su enfermedad e inevitable muerte, el entorno no le aporta confort ninguno, no hay atisbo de esperanza, tan sólo el abrazo de la fría e indiferente luz del día. Algo similar a lo que le pasa al personaje femenino, quien se encuentra atrapada entre las paredes solitarias e interiores minimalistas.

Una puesta en escena terrenal, que parece sacada de un documental, y que sirve a Bound in Heaven como elemento de transmisión de una realidad tangible, y haciendo al espectador conocedor del angustioso mundo en el que habitan los protagonistas.

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Sin embargo, este realismo da pie, en ocasiones, a un exceso de drama, en particular en aquellas escenas destinadas a mostrar el amor que se profesan los protagonistas. A pesar de que la intención de Xin Huo de evocar la profundidad de su conexión está clara, algunos momentos se sienten “sobreintensificados”, dando la impresión de que se está forzando un guion, el de Yu Pan (quien debuta en este apartado), que funciona perfectamente por sí solo.

Y es que, la austeridad visual que se aprecia en Bound in Heaven se extiende a la estructura narrativa, la cual va al grano de manera minimalista. El argumento, a pesar de su complejidad emocional, evita las innecesarias subtramas o distracciones. Todas las escenas están destinadas a hacer ver a los espectadores la profundidad del mundo interior de los protagonistas, así como el avance en este viaje hacia lo inevitable. Una simplicidad que no impide a Xin Huo encontrar hueco para el amor, la muerte, y la resiliencia. Los protagonistas encuentran un punto de apoyo el uno en el otro, incluso cuando su propio mundo está colapsando. Y esto se siente inspirador y descorazonador a partes iguales.

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Todo ello convierte a Bound in Heaven en una profundamente emocional película que resuena a través de la exploración del amor y el sufrimiento. Su terrenal puesta en escena y evocadora fotografía dan un tono de palpable realidad a una cinta que refleja el conflicto interno de sus protagonistas a través de la austeridad y desorden que les rodea. Una película donde la dirección de Xin Huo asegura que, aún a las puertas de la muerte, existe un brillo de belleza, recordándonos a todos que frente a los momentos más duros de la vida, el amor puede ofrecernos un pequeño pero vital respiro. 

NOTA: ★★★★☆

“BOUND IN HEAVEN”, PROYECTADA EN EL FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN.


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Mario Hernández

Mario Hernández

Cinéfilo granadino de la generación del 98 (1998 más concretamente), amante del cine independiente y las grandes sagas. Entusiasta de una buena sesión de peli y manta, soy graduado en Economía por la Universidad de Granada (UGR) con nivel C1 de inglés. Actualmente, estoy realizando el curso de Crítica de Cine en la Escuela de Escritores de Madrid.