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CRÍTICA: “Azrael”

Samara Weaving y el ‘gen’ del revenge.

© YouPlanet Pictures

Antes, los géneros e intérpretes iban de la mano. Se podría considerar que el cine nació de este encasillamiento del star system desde sus inicios: Chaplin era el rey de la comedia, Theda Bara el prototipo de actriz vamp y otros, como Eastwood –leyenda aún viva–, se hacían con el profundo y salvaje oeste. El caso es que el público anterior funcionaba muy bien a través de estos mecanismos de unión y nexos. «Vamos a ver la nueva de Cantinflas» para asegurar melodrama, o «Ponen la de Audrey Hepburn» como vademécum romántico, eran en sí géneros ligados a nombres de las voces de los espectadores. 

Es raro que ahora este tipo de casos se den más allá del autor y su sello. Podemos ver que ahora la mayoría se mueve por «Lo nuevo de Nolan» o «El título de Villeneuve», pero sin más que los directores y su mirada. Parece ser que la esencia actoral ya, en sí, no construye género, salvo excepciones. Y una de estas es el caso de Samara Weaving, actriz prototípica de un terror que es característico por su principal factor de venganza.

Así ocurre en Azrael, nueva película que se presenta en las plataformas españolas este enero de la mano de E.L. Katz (La maldición de Bly Manor) y que nos ubica en una especie de secta en la que nadie puede articular palabra. Es a través de este silencio donde Azrael (Samara Weaving), la protagonista de esta historia, tendrá que sobrevivir en su escapada del culto, pues solo su sangre, como sacrificio, podrá calmar a una bestia que habita en los bosques y posee sed de ella. Con esta trama que recuerda un poco en funciones a Birdbox, dicho nuevo título estadounidense se suma al casillero de “películas de Samara Weaving”, o lo que es lo mismo, a un nuevo tanto para el film revenge.

© YouPlanet Pictures

Y es que si veníamos de ver a esta reconocida actriz de su tan sonado éxito Ready or Not, para luego pasar por las manos de la saga Scream, en un breve cameo inicial en Scream 6, ahora la australiana se vuelve a enfundar el traje de femme fatale en esta cuasi distopía sanguinolenta y visceral donde reparte más que comparte. Porque, sin duda, lo que diferencia a Azrael de otros títulos es que la oferta de su agresividad es equiparable a otros largometrajes como Mandy, donde el dolor y la crueldad son grandes aliados del creador.

© YouPlanet Pictures

Con un juego de fotografía bastante interesante, esta carrera a contrarreloj en dicho survivor gana con creces gracias a su iluminación. Particularmente, siempre se ha dicho que el peor lugar para rodar es en la noche del bosque, pues implica muchas complejidades –aspecto que parece haberle dado igual a Katz–. Aquí, pese a que vivimos dentro también de un día preciosista donde la luz es natural, con el paso del tiempo la trama tonifica este aspecto, encendiendo la oscuridad entre los árboles con una luz infernal. Es así que el campo lumínico es primordial y, dentro del trabajo de Jani Pinomaa (Sisu), que es excepcional como gaffer, es uno de los muchos ingredientes que ofrece este tan interesante título que mezcla también a la perfección con la ambientación en postproducción.

Pues en gran parte la BSO, el montaje y los efectos visuales hacen que este filme, también de acción, saque a relucir su experiencia fantástica. Si a una música infernal y épica le sumas unos buenos VFXs con bestias sobrenaturales y un montaje segmentado en una carrera lineal dividida en tres fases bien marcadas, entonces lo tienes hecho, pues no pierdes al espectador y encima le estimulas lo suficiente como para que se agarre a la butaca –y ya si cuentas con Samara Weaving cortando cabezas, qué decir–.

© YouPlanet Pictures

Sin duda, una experiencia cinematográfica que se agradecería vivir en el cine, pero que aun así te hará pasar un buen rato en casa. Azrael es el caso perfecto de que los géneros se sostienen si a lo que pretendes le sumas bien los mecanismos para conseguirlo. Disfrutable y más que notable si quieres una película para esta noche acompañada de palomitas y un cojín para no mirar mucho.

NOTA: ★★★½

“AZRAEL”, DISPONIBLE EN PLATAFORMAS DE ALQUILER Y COMPRA.


TRÁILER:

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© YouPlanet Pictures

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Álvaro Campoy
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Álvaro Campoy

Crítico de cine desde 2019, con presencia en festivales como Málaga y San Sebastián. Apasionado de la psicología y la literatura, estudió dirección y producción cinematográfica en su ciudad natal, Málaga. Actualmente trabaja en la distribución independiente.