CRÍTICA (27FestivalMálaga): “La Casa”
Una mirada sanadora al pasado familiar.
Durante una época pasada, los cineastas españoles que se retrotraían al pasado para conectar emocionalmente con el espectador, solían mostrar el drama de la familia durante la posguerra española. Un intento de conectar con la audiencia que, a medidas que el tiempo ha ido avanzando, ha puesto su foco en tratar de representar situaciones distintas. Situaciones que llevarán a un público al que le queda demasiado atrás los traumas de la posguerra a vivencias personales y con las que se pueden identificar.
Vivencias que películas como Alcarrás o Verano 1993 transportaban al espectador a esos veranos en el pueblo, donde el calor hogareño simbolizaba una vida familiar que merecía la pena recordar, apelando a las vivencias personales que el espectador podía sentir representada en la gran pantalla. Un espectador que con La casa de Álex Montoya presenciará una mirada entrañable y sanadora del pasado de la familia que la protagoniza.
Familia formada por tres hermanos que, tras la muerte de su padre, se reúnen en la casa familia en la que pasaron los veranos de su infancia. Una casa que tendrán que decidir si vender o quedarse, decisión que no será una tarea tan sencilla como hubieran imaginado.
En un ejercicio por apelar a las emociones más personales del espectador, el director de Asamblea nos lleva a esta casa real en la que se basa la novela gráfica homónima de Paco Roca, y que adapta el guion del propio Alex y Joana Ortueta (Heridas). Un viaje por el pasado y presente de sus protagonistas, los cuales interactúan con una casa de la que emanan unos recuerdos cuya textura reimaginada es captada por el director con el uso de las míticas cámaras analógicas de super 8.
Y es que, la casa es tan protagonista como el resto del elenco formado por caras tan reconocibles como las de David Verdaguer (Saben aquell), Óscar de la Fuente (El buen patrón), Luis Callejón (Tarde para la ira) y Olivia Molina (Al salir de clase). Elenco cuyas sentidas interpretaciones conectan entre sí para dejar una química llena de verdad y emotividad, funcionando como el pilar fundamental sobre el que se sustenta la carga empática que emana la cinta.
Una cinta que muestra con una mirada conciliadora las redecillas propias de las familias, que se ven exacerbadas por las emociones a flor de piel con las se viven este tipo de situaciones, y que denotan la profunda complejidad del ser humano. Una complejidad sobre la que se profundiza de manera individualizada en cada uno de los personajes, dejando a cada miembro de esta doliente familia el foco argumental necesario. Complejidad que desemboca en un final con un tratamiento ambiguo, donde el espectador será imbuido por una reflexión personal sobre lo que termina ocurriendo.
Una película con un tratamiento visual costumbrista, y que se concibe como un sentido homenaje retrospectivo de la vida familiar casera que marcó la infancia de muchos españoles. Homenaje cuyo tratamiento sincero y rebosante de corazón hará al espectador partícipe de una historia que parece propia.
En definitiva, La casa sigue los emotivos pasos marcados por películas como Alcarrás, en un intento fructífero de conectar con un pasado lleno de añoranza y sanación. Una película tratada con cariño y pasión por todas las personas involucradas en su creación, capaz de hacer remover los sentimientos más personales del espectador. Un claro ejemplo de que en el cine, no hay nada más importante y bonito que emocionar.
NOTA: ★★★★★
“LA CASA”, ESTRENO EN CINES EL 1 DE MAYO.
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