Bertrand Bonello visita el ECAM Forum de Madrid: «Es impredecible saber hacia dónde se dirigirá el cine en los próximos 5 o 10 años».
En el marco de la celebración del foro de coproducción audiovisual ECAM Forum 2025, y en colaboración con el Festival Internacional de Cine de Madrid, FILMADRID, se ha realizado una retrospectiva acerca de la obra fílmica del cineasta francés Bertrand Bonello, con la proyección de tres de sus películas: Tiresia (2003), Casa de Tolerancia (2011) y Zombi Child (2019), así como un coloquio de tres horas para profesionales del sector, estudiantes de ECAM y prensa especializada.
Minutos antes de la celebración del coloquio que el director ofreció en la Sala Azcona, una de las más bonitas del país, Bonello estaba resguardado a la sombra de un edificio anexo, huyendo del verdugo sol de junio en la capital. Ataviado de blanco y con una bandolera negra cruzando el pecho, entró en la Cineteca enjuto, aparentemente tímido y camuflado como uno más entre los presentes, hasta el comienzo de su ponencia, momento en el que acaparó toda el magnetismo del auditorio en torno a su proceso creativo, la dirección de actores, el estado presente e impredecible de la industria cinematográfica y, claro está, sus películas.
Nacido en Niza en 1968, Bonello desprende nacionalidad tanto física como sensitivamente cuando se expresa sobre el lenguaje audiovisual y la elección del método adecuado para cada proyecto que emprende. Artista renacentista y comprometido, al que no se puede abordar sin mencionar que su formación inicial reside en la música clásica, arte que, según confiesa, influye tanto en su obra cinematográfica –que vibra desde la armonía melódica y la sugestión del universo propio de cada una de sus películas– como en el tratamiento formal y artístico causante de la evocación sensorial.
Antes de inclinarse por la dirección, Bonello ya compuso varias piezas musicales para otros directores y, posteriormente, firma las bandas sonoras de sus propias películas. Este artista multidisciplinar no solo se coloca detrás de la lente o la partitura, sino que también escribe los guiones de sus películas. En la sala de montaje también tiene una participación activa, como no podía ser de otro modo en este autor total, aunque sí que presenta colaboraciones con otros montadores como es el caso de Annie Jean en sus tres últimas obras: Zombi Child (2019), Coma (2022) y The Beast (2023).
El proceso creativo.
«Para mí no es tan importante escribir un guion, sino más bien una película».
Huyendo de toda la connotación negativa que puede desprender la palabra «moldeable» cuando se la etiqueta a un director de cine, Bertrand Bonello posee la ductilidad formal y narrativa al servicio de la necesidad orgánica inherente a cada proyecto que emprende, sin perder un ápice de personalidad autoral.
Las tres películas que forman parte de esta retrospectiva tienen como nexo la deformación del espacio-tiempo para poner en pantalla dilemas humanos y sociales contemporáneos, utilizando recursos del pasado. Ejemplo de la mutabilidad a la que hacíamos referencia anteriormente, cada una de las tres películas de este Foco Bertrand Bonello parte de géneros diferentes, como la actualización del mito clásico, el drama sexual o el fantástico, sin abandonar un entorno poético y reflexivo.
El director francés entona la voz política en cada una de sus películas pero lo hace sin remarcar un tono moralizante o aleccionador. En Casa de Tolerancia, Bonello sitúa la acción en un burdel de lujo en París a comienzos del siglo XX, donde una comunidad de prostitutas convive entre la lujuria, la belleza y la alienación como personas. Como es habitual en su obra, en un momento determinado el pasado conectará con el presente, de manera que invita al espectador a reflexionar si lo que ha visto es algo pretérito o simplemente desechado del foco.
En el caso de Zombi Child, que divide la trama entre un no muerto en el Haití de los años 60 y la relación de una joven haitiana y la chica popular de un internado en el París contemporáneo prepandémico, Bonello cuenta cómo la película recibió críticas en el Festival de Cannes de 2019 por explotar, de manera vacía mediante clichés y estereotipos la apropiación cultural o la herencia colonial, mientras que en su proyección en salas obtuvo un buen recibimiento y fue especialmente reconocida por el colectivo haitiano. El director pasó mucho tiempo en Haití antes y durante el rodaje de la película, donde se impregnó de los ritos y tradiciones místicas de su cultura con el objeto de ser lo más respetuoso con esta comunidad.
En el año 2023, Bertrand Bonello estrena su última película hasta la fecha, The Beast, protagonizada por Léa Seydoux (La vida de Adèle) y George Mackay (1917), en la que se encuentra uno de los grandes temas del cine de este imprescindible autor: el uso del espacio-tiempo para narrar historias conectadas y que, al mismo tiempo, tienen como motor común tramas humanistas y existenciales.
Dirección de actores.
«A la hora de elegir a los actores de mis películas, me fijo tanto en el rostro como, sobre todo, en la resonancia de la voz del intérprete».
Si anteriormente ya se ha mencionado la importancia de la música en la vida y obra de Bertrand Bonello, debemos retomarla al hablar del método para la elección del cast de sus películas. Una de las maneras en las que el director trabaja con los actores, además de hacerles llegar el guion, es indicar una serie de canciones que remiten al intérprete a lo que evoca un momento concreto de la película, ya sea para la sensibilidad de su personaje o su psique en la historia. A la hora de rodar una escena con una carga emocional importante o vital para el film, el director pulsa este interruptor interpretativo para que el actor encuentre el tono deseado.
Al igual que en el proceso creativo de sus películas, Bonello escoge a los actores en función de lo que considera que estas mismas demandan orgánicamente. En Zombi Child, el actor Bijou Mackenson, que da vida al hombre resucitado que muestra las infernales condiciones en las plantas azucareras de Haití en 1962, no era profesional. En Casa de Tolerancia, por contra, de entre las doce prostitutas que debían formar la comunidad del burdel parisino, la mitad eran actrices profesionales y la otra mitad no profesionales, con el objetivo de conseguir que el protagonista de la historia fuese el grupo por encima de cualquier individualidad. En The Beast, en cambio, su dúo protagonista son dos de los actores más consagrados del momento, Léa Seydoux y George Mackay, aunque el papel del protagonista masculino estaba concebido para el actor francés Gaspard Ulliel, que ya trabajó con Bonello en su película Saint Laurent (2014), pero que falleció en un trágico accidente de esquí antes de comenzar el rodaje de la película.
Presente y futuro de la industria cinematográfica.
«Lo más difícil en la industria para un director no es hacer la primera película, sino la segunda, la tercera…».
Son ya casi treinta años los que han pasado desde que Bonello debutó como director de cine con su primer largometraje, Algo orgánico, en 1998. Esto lo sitúa entre los directores de cine asentados y reconocidos por una industria que no es la misma, no solo respecto a hace tres décadas, sino que está en continuo proceso de cambio.
Sin duda, la irrupción de las plataformas de televisión como Netflix o Prime Video supone un antes y un después en la producción y distribución de las películas. Bonello, sin embargo, y como demuestra en todos los aspectos relacionados con el cine que aborda, descarta ser moralizante, presentista o crear una opinión sólida, negativa o positiva al respecto. Para él, la irrupción de este tipo de plataformas de contenido audiovisual es un hecho que se ha instaurado en la industria, en la forma en que el consumidor del siglo XXI consume el producto audiovisual, y con el que hay que convivir.
Aparte de esto y algunas diferencias técnicas respecto al tiempo que debe pasar entre la proyección en cines de una película antes de poder lanzarse en las plataformas VOD (acrónimo del inglés Video On Demand, es decir, video bajo demanda) en Francia con relación al resto de países, Bonello es un firme defensor de pensar sus películas para ser proyectadas en una sala de cine. La experiencia comunitaria del visionado de una película en un espacio exclusivamente pensado para ello, alejado de cualquier distracción tecnológica y donde el tiempo de la obra no está en tu mano, es una liturgia que el director francés quiere seguir sembrando y de la que, desde este medio concretamente, estamos agradecidos.
Del mismo modo ocurre con la aparición cada vez más presente en la vida cotidiana del ser contemporáneo de la Inteligencia Artificial (IA). Nunca antes la IA había estado tan cerca del usuario de a pie como en el 2025, a tan solo un clic e incorporada en nuestro móvil. Sin duda, esto supondrá una variable en la forma de hacer las cosas pero, como en su día aparecieron otras innovaciones técnicas en la industria cinematográfica –como los efectos especiales o el uso del croma frente al estudio o las localizaciones físicas–, Bertrand Bonello, con toda seguridad, seguirá siendo un cuidadoso artesano de la puesta en escena primorosamente física. Un claro ejemplo de ello es Casa de Tolerancia, donde director y equipo artístico de la película hicieron una labor de investigación muy profunda para cuidar cada detalle de este burdel parisino radicado en 1900. Bonello tenía cierto miedo a dar la impresión de museo más que de realidad, algo que quedó descartado cuando vio el resultado de cada mínimo elemento en el que podía liberar su ficción cinematográfica al servicio poético y lisérgico de la historia.
Como el mundo en el que nos encontramos, la industria del cine está en un continuo proceso de cambio, del todo impredecible no sólo a largo plazo, sino, sino también a corto. De lo que estamos seguros es que, mientras haya directores con el talento, valentía, buenas historias y una forma innovadora en la que transmitirlas al espectador, como Bertrand Bonello, el futuro del buen cine está asegurado.
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